Löydetty 537 Tulokset: cielo abierto

  • Respondió Elías: «Si soy hombre de Dios, que baje el fuego del cielo y te devore a ti y a tus hombres.» Bajó fuego del cielo y los devoró a todos. (2 Reyes 1, 12)

  • Ya sé que bajó dos veces fuego del cielo y ha consumido a los cincuenta hombres con sus jefes. Ahora, pues, dígnate perdonarme la vida.» (2 Reyes 1, 14)

  • Yavé se llevó a Elías al cielo en un remolino. Así sucedió: Elías y Eliseo habían salido de Guilgal (2 Reyes 2, 1)

  • Mientras caminaban conversando, un carro de fuego con caballos de fuego se colocó entre ellos, y Elías subió al cielo en un remolino. (2 Reyes 2, 11)

  • El escudero sobre cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios: «Aunque Yavé abriera las ventanas del cielo para que llueva trigo, ¿podría ocurrir tal cosa?» Eliseo contestó: «Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás.» (2 Reyes 7, 2)

  • el escudero había declarado al hombre de Dios: «Aunque Yavé abriera las ventanas del cielo para que llueva trigo, no podrá ocurrir lo que tú dices.» Eliseo le había dicho: «Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás.» (2 Reyes 7, 19)

  • Abandonaron todos los mandamientos de Yavé y se hicieron dos becerros de bronce. Se hicieron troncos sagrados y se arrodillaron ante todos los astros del cielo, y rindieron culto a Baal. (2 Reyes 17, 16)

  • Levantó altares al dios Baal e hizo un tronco sagrado semejante al que había hecho Ajab, rey de Israel. Se arrodilló ante todas las estrellas del cielo y las adoró. Construyó altares en los patios de la Casa de Yavé, de la cual éste había dicho: «En Jerusalén pondré mi Nombre.» (2 Reyes 21, 4)

  • Edificó altares a todos los astros del cielo en los dos patios de la Casa de Yavé. (2 Reyes 21, 5)

  • Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Helquías, así como a los sacerdotes de menor grado y a todos los porteros, que sacaran todos los objetos que se habían hecho para Baal, para Asera y para todos los astros del cielo. Los hizo quemar fuera de Jerusalén, en las tierras baldías del Cedrón, y arrojó sus cenizas a la sepultura común del pueblo. (2 Reyes 23, 4)

  • Los reyes de Judá habían establecido sacerdotes paganos que ofrecían sacrificios en los santuarios de las lomas, en varias ciudades de Judá y alrededor de Jerusalén. Josías los suprimió, así como a los que ofrecían incienso a Baal, al sol, a la luna, a los astros y a todo el ejército del cielo. (2 Reyes 23, 5)

  • Haya júbilo en el cielo y en la tierra; digan entre las naciones: El Señor reina. (1 Crónicas 16, 31)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina