Löydetty 202 Tulokset: descendientes de Leví

  • casa de Leví, bendigan al Señor, los que temen al Señor, que lo bendigan. (Salmos 135, 20)

  • y decidieron exterminar a los descendientes de Jacob que vivían entre ellos; y comenzaron a matar y expulsar a los judíos. (1 Macabeos 5, 2)

  • Pero los descendientes de Jambri y la gente de Madaba se apoderaron de Juan con cuanto llevaba y se marcharon llevándose el botín. (1 Macabeos 9, 36)

  • Después de esto, anunciaron a Jonatán y a Simón, su hermano, que los descendientes de Jambri estaban celebrando una boda solemne y que llevaban desde Nadabat, con gran pompa, a la novia, hija de uno de los magnates de Canaán.) (1 Macabeos 9, 37)

  • Pasados muchos años, cuando a Dios le pareció bien, Nehemías, despedido por el rey de Persia, mandó que los descendientes de los sacerdotes que habían escondido el fuego, lo fueran a buscar. Pero, como ellos informaron que no habían encontrado fuego, sino un líquido espeso, (2 Macabeos 1, 20)

  • Espera un poco y verás su gran poder, cuando te atormente a ti y tus descendientes.» (2 Macabeos 7, 17)

  • El que confía en ella la heredará, y sus descendientes disfrutarán de ella. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 16)

  • Hay conversaciones que merecen la muerte: son inaceptables entre los descendientes de Jacob. Los verdaderos fieles se abstienten de ellas y no se revuelcan en el pecado. (Sirácides (Eclesiástico) 23, 12)

  • otros cayeron en el olvido, desaparecieron como si no hubieran existido, y lo mismo ocurrió con sus descendientes. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 9)

  • Sus descendientes han heredado ese hermoso legado, (Sirácides (Eclesiástico) 44, 11)

  • Dios elevó y consagró igual que a él a su hermano Aarón, de la tribu de Leví. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 6)

  • Antes de él jamás se había visto algo tan hermoso; ningún profano se había revestido con tales ornamentos; están reservados a sus hijos y a sus descendientes en la continuación de los tiempos: (Sirácides (Eclesiástico) 45, 13)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina