Löydetty 285 Tulokset: hija

  • Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras: moabitas, sidonias, amonitas, edomitas y heteas. (1 Reyes 11, 1)

  • y reinó tres años en Jerusalén. Su madre, Maacá, era hija de Absalón. (1 Reyes 15, 2)

  • Reinó cuarenta y un años en Jerusalén. Su abuela era Maacá, hija de Absalón. (1 Reyes 15, 10)

  • Le pareció poco imitar los pecados de Jeroboam, pues tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbal, rey de los sidonios, por lo que se puso a servir a su dios Baal, y se postraba ante él. (1 Reyes 16, 31)

  • Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre Azuba era hija de Silji. (1 Reyes 22, 42)

  • Siguió los pasos de los reyes de Israel y actuó en todo como la familia de Ajab; es que se había casado con una hija de Ajab y, debido a esto, se portó muy mal con Yavé. (2 Reyes 8, 18)

  • Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar y reinó un año en Jerusalén. Su madre era Atalía, hija de Omrí, rey de Israel. (2 Reyes 8, 26)

  • Jehú entró en Jezrael, comió y bebió. Después dio esta orden: «Cuiden de esta maldita y denle sepultura, pues es hija de rey.» (2 Reyes 9, 34)

  • Joás, rey de Israel, mandó a decir como respuesta a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Dame tu hija para que sea la esposa de mi hijo; pero los animales salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo. (2 Reyes 14, 9)

  • Jotam tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar y reinó dieciséis años en Jerusalén; su madre era Jerusa, hija de Sadoc. (2 Reyes 15, 33)

  • Tenía entonces veinticinco años y su reinado en Jerusalén duró veintinueve años. Su madre era Abí, hija de Zacarías. (2 Reyes 18, 2)

  • Esta es la sentencia que Yavé pronuncia contra él: La virgen, hija de Sión, te desprecia y se burla de ti. Mueve la cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén. (2 Reyes 19, 21)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina