Löydetty 1870 Tulokset: hijo de Abraham

  • y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano lo vivo con la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. (Carta a los Gálatas 2, 20)

  • Ahora yo digo: mientras el hijo del dueño de casa es aún niño, no tiene ninguna ventaja sobre los esclavos, a pesar de que es dueño de todos ellos. (Carta a los Gálatas 4, 1)

  • Pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, que nació de mujer y fue sometido a la Ley, (Carta a los Gálatas 4, 4)

  • Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá! o sea: ¡Papá! (Carta a los Gálatas 4, 6)

  • De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y siendo hijo, Dios te da la herencia. (Carta a los Gálatas 4, 7)

  • El hijo de la esclava le nació como cualquier ser humano, mientras que el hijo de la libre se lo debía a una promesa de Dios. (Carta a los Gálatas 4, 23)

  • Pero así como entonces el hijo según la carne perseguía a Isaac, hijo según el espíritu, lo mismo pasa ahora. (Carta a los Gálatas 4, 29)

  • Y ¿qué dice la Escritura? Echa a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no puede compartir la herencia junto al hijo de la mujer libre. (Carta a los Gálatas 4, 30)

  • hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es menos que la plenitud de Cristo. (Carta a los Efesios 4, 13)

  • Pero Timoteo, como saben, ha dado pruebas, y como un hijo al lado de su padre, ha estado conmigo al servicio del Evangelio. (Carta a los Filipenses 2, 22)

  • Nací de la raza de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo e hijo de hebreos, y fui circuncidado a los ocho días. ¿Observaba yo la Ley? Por supuesto, pues era fariseo, (Carta a los Filipenses 3, 5)

  • El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado. (Carta a los Colosenses 1, 13)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina