Löydetty 68 Tulokset: lámpara del candelabro

  • un capullo debajo de los dos primeros brazos que formaban cuerpo con el candelabro; otro, debajo de los siguientes y un tercero debajo de los dos últimos brazos; se hizo lo mismo para los seis brazos que salían del candelabro. (Exodo 37, 21)

  • Los capullos y los brazos formaban un cuerpo con el candelabro. Todo ello era de oro puro macizo. (Exodo 37, 22)

  • Se empleó un talento de oro para hacer el candelabro con todos estos utensilios. (Exodo 37, 24)

  • el candelabro de oro puro con sus lámparas, todos los utensilios y el aceite del alumbrado; (Exodo 39, 37)

  • Llevarás la mesa y la dispondrás. Llevarás también el candelabro y prepararás las lámparas. (Exodo 40, 4)

  • Luego instaló el candelabro en la Tienda de las Citas, frente a la mesa, en el lado meridional de la Morada, (Exodo 40, 24)

  • Aarón mantendrá la lámpara de la mañana hasta la tarde en presencia de Yavé, fuera de la cortina que está delante del Testimonio en la Tienda de las Citas: es una ley perpetua de generación en generación. (Levítico 24, 3)

  • El colocará las lámparas sobre el candelabro puro que permanece ante Yavé. (Levítico 24, 4)

  • A su cargo estaban el Arca, la mesa, el candelabro, los altares, los objetos sagrados que se usan en el culto, el velo y todo su servicio. (Números 3, 31)

  • Tomarán entonces un paño de púrpura y cubrirán el candelabro del alumbrado con sus lámparas, despabiladeras y ceniceros, y todos los vasos de aceite que se utilizan en el servicio del candelabro. (Números 4, 9)

  • «Di a Aarón: Cuando dispongas las lámparas, las colocarás de manera que las siete lámparas alumbren hacia la parte delantera del candelabro.» (Números 8, 2)

  • Así lo hizo Aarón: colocó las lámparas en la parte delantera del candelabro, tal como Yavé lo había mandado a Moisés. (Números 8, 3)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina