Löydetty 35 Tulokset: levita
Había en Belén de Judá un joven levita, descendiente de Moisés, que vivía allí como forastero. (Jueces 17, 7)
Este le preguntó: «¿De dónde vienes?» Y contestó: «Soy levita y vengo caminando de Belén; ando en busca de algún lugar en el cual me pueda quedar como forastero.» (Jueces 17, 9)
Miqueas le dijo: «Quédate en mi casa y serás para mí un padre y un sacerdote; yo te daré diez monedas de plata al año, el vestido y la comida.» Y entró el levita. (Jueces 17, 10)
El levita aceptó quedarse en casa de aquel hombre y fue para él como uno de sus hijos. (Jueces 17, 11)
Miqueas consagró al levita; este joven fue su sacerdote y se quedó en casa de Miqueas. (Jueces 17, 12)
Y dijo Miqueas: «Ahora sé que Yavé me favorecerá porque tengo a este levita como sacerdote.» (Jueces 17, 13)
Como estaban cerca de la casa reconocieron la voz del joven levita y se fueron allá. Le dijeron: «¿Quién te ha traído por acá? ¿Qué haces en este lugar? ¿Por qué te quedas aquí?» (Jueces 18, 3)
Llegando allá, entraron en la casa del joven levita, la casa de Miqueas, y le dieron el saludo de paz, (Jueces 18, 15)
En aquel tiempo aún no había rey en Israel. Un levita que residía como forastero en los confines de los cerros de Efraím tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá. (Jueces 19, 1)
Al cuarto día se levantaron de madrugada y el levita se dispuso a partir; el padre de la joven le dijo a su yerno: «Come primero un poco de pan para cobrar ánimo, y luego te marcharás.» (Jueces 19, 5)
Se levantó el levita para partir, pero el suegro le porfió y se quedó aquella noche. (Jueces 19, 7)
Pero el levita no quiso pasar allí la noche; se levantó, partió y llegó frente a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba consigo los dos burros cargados, su concubina y su criado. (Jueces 19, 10)