Löydetty 3509 Tulokset: liberación del pueblo de Israel

  • él no te hará caso. Yo, entonces, sacaré a mi pueblo del país de Egipto, a fuerza de golpes y de grandes intervenciones. (Exodo 7, 4)

  • Así entenderán los egipcios que yo soy Yavé, cuando vean los golpes que les daré para sacar de su país a los hijos de Israel.» (Exodo 7, 5)

  • Yavé dijo a Moisés: «Faraón porfía en negarse a que salga el pueblo. (Exodo 7, 14)

  • Le dirás esto: "Yavé, el Dios de los hebreos, me ha mandado decirte que dejes salir a su pueblo, para que le rindan culto en el desierto. Pero hasta ahora no has escuchado. (Exodo 7, 16)

  • Yavé dijo a Moisés: «Preséntate a Faraón y dile de parte de Yavé: Deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. (Exodo 7, 26)

  • El río pululará de ranas, que subirán y penetrarán en tu casa, en tu dormitorio, en tu cama, en la casa de tus servidores y de tu pueblo, en tus hornos y en tus provisiones. (Exodo 7, 28)

  • Las ranas subirán contra ti, contra tu pueblo y contra todos tus servidores.» (Exodo 7, 29)

  • Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón y les dijo: «Pidan a Yavé que aleje de mí y de mi país estas ranas, y yo dejaré que su pueblo salga para ofrecer sacrificios a Yavé.» (Exodo 8, 4)

  • Moisés le contestó: «Indícame, por favor, cuándo tendré que rogar por ti, por tus servidores y tu pueblo, para que se alejen las ranas y que solamente haya en el Nilo.» (Exodo 8, 5)

  • Se alejarán las ranas de ti, de tus casas, de tu gente y de tu pueblo, y sólo quedarán en el río.» (Exodo 8, 7)

  • De nuevo Yavé dijo a Moisés: «Levántate temprano, preséntate a Faraón cuando vaya al río, y dile: Esto dice Yavé: Deja salir a mi pueblo para que me ofrezca sacrificios. (Exodo 8, 16)

  • Si tú no lo envías, enviaré yo tábanos contra ti, tus servidores y tu pueblo; e invadirán las habitaciones de los egipcios y todos los lugares donde viven. (Exodo 8, 17)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina