Löydetty 346 Tulokset: mandó

  • Eliseo mandó un mensajero a decirle: «Anda al río Jordán y lávate siete veces, y tu carne se volverá como antes y serás purificado.» (2 Reyes 5, 10)

  • Pero el hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: «Guárdate en ese lugar porque ahí vienen los arameos.» (2 Reyes 6, 9)

  • Mandó, pues, allí, carros, caballos y una fuerte tropa que llegaron de noche y cercaron la ciudad. (2 Reyes 6, 14)

  • El rey juró: «Castígueme el Señor si a Eliseo, hijo de Safat, le queda hoy la cabeza sobre los hombros.» Y el rey mandó un guardia a la casa de Eliseo. (2 Reyes 6, 31)

  • El rey le preguntó sobre el hecho y ella se lo contó. Inmediatamente el rey mandó con ella a un oficial del palacio, a quien le dijo: «Haz que le devuelvan todo lo que le pertenece con todo lo que han producido sus campos desde el día que ella partió hasta hoy.» (2 Reyes 8, 6)

  • Pero él les mandó una segunda carta, que decía: «Si son de mi partido y de los que me obedecen, tomen las cabezas de los hijos del rey, su señor, y vengan mañana a conversar conmigo a estas horas en Jezrael.» Los hijos del rey eran setenta y se criaban en las casas de las familias más importantes de la ciudad. (2 Reyes 10, 6)

  • Al séptimo año, Joyada, jefe de los sacerdotes, mandó llamar a los oficiales de la guardia real y de los guardias carios a la Casa de Yavé. Después de hacer con ellos un pacto con juramento, les mostró al hijo del rey. (2 Reyes 11, 4)

  • Entonces el sacerdote Joyada mandó hacer una caja con un agujero en la tapa, la colocó cerca del altar, a mano derecha de los que entraban a la Casa de Yavé, y los sacerdotes que estaban de turno en las puertas echaban en ella todo el dinero que se ofrecía en la Casa. (2 Reyes 12, 10)

  • Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas preciosas que habían consagrado sus padres, Josafat, Joram y Ocozías, reyes de Judá, todas las que él había consagrado y todo el oro que se halló en los tesoros de la Casa de Yavé y en los de la casa del rey, y los mandó a Jazael, rey de Aram, quien con esto se alejó de Jerusalén. (2 Reyes 12, 19)

  • Joás, rey de Israel, mandó a decir como respuesta a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Dame tu hija para que sea la esposa de mi hijo; pero los animales salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo. (2 Reyes 14, 9)

  • Ajaz mandó mensajeros a Teglatfalasar, rey de Asur, para decirle: «Soy tu siervo y tu hijo. Ven, pues, y sálvame de manos del rey de Aram y de manos del rey de Israel, que me hacen la guerra.» (2 Reyes 16, 7)

  • Ajaz tomó la plata y el oro que había en la Casa de Yavé y los tesoros de la casa del rey y se lo mandó al rey de Asur como regalo. (2 Reyes 16, 8)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina