Löydetty 207 Tulokset: muerto
Me dijo: "Esa agua corre hacia la región este, desciende hacia la Arabá y desemboca en el mar Muerto para que sus aguas queden sanas. (Ezequiel 47, 8)
Por el este pasará entre Haurán y Damasco, entre Galaad y el territorio de Israel, y el Jordán servirá de frontera hasta el mar Muerto al lado de Tamar. Esa es la frontera este. (Ezequiel 47, 18)
Pero, mientras yo recordaba las palabras orgullosas del Cuerno con ojos y boca de hombre que había visto antes, este animal fue muerto a mi vista, y su cuerpo, destrozado y entregado al fuego. (Daniel 7, 11)
Después de las sesenta y dos semanas será muerto un ungido, sin que se encuentre culpa en él; y la ciudad y el templo serán destruidos por el pueblo de un rey que vendrá. Y terminará como sumergida. Hasta el fin habrá guerras y los desastres que Dios ha previsto. (Daniel 9, 26)
Yavé le replicó: «Te afliges por un ricino que no te ha costado trabajo alguno y que no has hecho crecer, que en una noche ha nacido y en una noche ha muerto. (Jonás 4, 10)
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño.» (Evangelio según San Mateo 2, 20)
Entonces les dijo: «Váyanse, la niña no ha muerto sino que está dormida.» Ellos se burlaban de él. (Evangelio según San Mateo 9, 24)
A partir de ese día, Jesucristo comenzó a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho. Que incluso debía ser muerto y que resucitaría al tercer día. (Evangelio según San Mateo 16, 21)
Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» (Evangelio según San Marcos 5, 35)
El espíritu malo gritó y sacudió violentamente al niño; después, dando un terrible chillido, se fue. El muchacho quedó como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto. (Evangelio según San Marcos 9, 26)
Pilato se extrañó de que Jesús hubiera muerto tan pronto y llamó al centurión para saber si realmente era así. (Evangelio según San Marcos 15, 44)
Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija de Fanuel de la tribu de Aser. No había conocido a otro hombre que a su primer marido, muerto después de siete años de matrimonio. (Evangelio según San Lucas 2, 36)