Löydetty 149 Tulokset: muralla de Jericó

  • José es el retoño de una vid frondosa, de una parra frondosa junto a la fuente: los sarmientos trepan sobre la muralla. (Génesis 49, 22)

  • Los Israelitas salieron de allí y acamparon en las estepas de Moab, al otro lado del Jordán a la altura de Jericó. (Números 22, 1)

  • Moisés y el sacerdote Eleazar les hablaron en las estepas de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, (Números 26, 3)

  • Estos fueron alistados por Moisés y el sacerdote Eleazar, cuando alistaron a los hijos de Israel en las estepas de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó. (Números 26, 63)

  • llevaron los cautivos y el botín ante Moisés, el sacerdote Eleazar y toda la comunidad de los hijos de Israel, en las estepas de Moab, que están cerca del Jordán, a la altura de Jericó. (Números 31, 12)

  • Dejaron los montes de Abarim, pasaron a las estepas de Moab, a orillas del Jordán, enfrente de Jericó. (Números 33, 48)

  • Yavé habló a Moisés en las estepas de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, y le dijo: (Números 33, 50)

  • Habló Yavé a Moisés en las estepas de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, y le dijo: (Números 35, 1)

  • Estas son las leyes y los mandatos que Yavé dio, por medio de Moisés, a los hijos de Israel en las estepas de Moab, en las orillas del Jordán, enfrente de Jericó. (Números 36, 13)

  • «Sube a los cerros de los Abarim, en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy a los hijos de Israel. Morirás en el cerro al que vas a subir, (Deuteronomio 32, 49)

  • Moisés subió del llano estéril de Moab al cerro de Nebo, a la cumbre de Pisga, frente a Jericó, y Yavé le mostró toda la Tierra: de Galaad hasta Dan, (Deuteronomio 34, 1)

  • el Negueb, la llanura, el valle de Jericó, ciudad de las Palmeras, hasta Soar. (Deuteronomio 34, 3)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina