Löydetty 64 Tulokset: novena de Tobías

  • la octava a Abías; la novena a Jesúa; (1 Crónicas 24, 10)

  • La octava, sobre Isaías, sus hijos y hermanos, doce. La novena, sobre Matanías, sus hijos y hermanos, doce. (1 Crónicas 25, 15)

  • y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías, Tabadonías y con estos levitas a los sacerdotes Elisamá y Joram. (2 Crónicas 17, 8)

  • los hijos de Delaías, los de Tobías, los de Necodá, 652. (Esdras 2, 60)

  • Pero en Jerusalén, Sambalat, el joronita, y Tobías, el servidor amonita, supieron de mi llegada y les disgustó que alguien viniera a ayudar a los israelitas. (Nehemías 2, 10)

  • Sambalat, el joronita; Tobías, el siervo amonita, y Guesem, el árabe, se rieron de nosotros y vinieron a decirnos: «¿Qué hacen? Se están rebelando contra el rey.» (Nehemías 2, 19)

  • Tobías, el amonita, que estaba a su lado, dijo: «Déjenlos que construyan; pues cualquier zorro echará abajo su muralla.» (Nehemías 3, 35)

  • Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los vecinos de Azoto vieron que la reparación de la muralla adelantaba y que los hoyos empezaban a taparse. Se enojaron mucho, (Nehemías 4, 1)

  • Sambalat, Tobías, el árabe, Guesem y los demás enemigos nuestros supieron que yo había levantado nuevamente la muralla de Jerusalén. No quedaba ningún hoyo, aunque todavía no se habían puesto las puertas. (Nehemías 6, 1)

  • Había comprendido que Semeías no había sido enviado por Dios, sino que Tobías lo había comprado para que me asustara. (Nehemías 6, 12)

  • Acuérdate, Dios mío, de Tobías, por lo que ha hecho; y también de la profetisa Nadías, y de los demás profetas que trataron de asustarme. (Nehemías 6, 14)

  • En este mismo tiempo varios judíos destacados escribían y recibían cartas seguidas de Tobías. (Nehemías 6, 17)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina