Löydetty 273 Tulokset: nuevo nacimiento

  • Hijitos míos, de nuevo sufro por ustedes dolores de alumbramiento, hasta que Cristo haya tomado forma en ustedes; (Carta a los Gálatas 4, 19)

  • Cristo nos liberó para ser libres. Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. (Carta a los Gálatas 5, 1)

  • De nuevo declaro a todo el que se haga circuncidar: ahora estás obligado a practicar toda la Ley. (Carta a los Gálatas 5, 3)

  • destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la paz; reunió a los dos pueblos en él, creando de los dos un solo hombre nuevo. (Carta a los Efesios 2, 15)

  • Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. (Carta a los Efesios 4, 24)

  • y se revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador, hasta alcanzar el perfecto conocimiento. (Carta a los Colosenses 3, 10)

  • En efecto, Dios no sometió a ángeles el mundo nuevo del cual estamos hablando. (Carta a los Hebreos 2, 5)

  • Por eso Cristo es el mediador de un nuevo testamento o alianza. Por su muerte fueron redimidas las faltas cometidas bajo el régimen de la primera alianza, y desde entonces la promesa se cumple en los que Dios llame para la herencia eterna. (Carta a los Hebreos 9, 15)

  • él nos abrió ese camino nuevo y vivo a través de la cortina, es decir, su carne. (Carta a los Hebreos 10, 20)

  • después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo frutos. (Carta de Santiago 5, 18)

  • Hijos queridos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, el que ustedes tenían desde el comienzo; este mandamiento antiguo es la palabra misma que han oído. (1º Carta de Juan 2, 7)

  • Y, sin embargo, se lo doy como un mandamiento nuevo, porque es realmente novedad tanto en ustedes como en Jesucristo; ya se van disipando las tinieblas y brilla la luz verdadera. (1º Carta de Juan 2, 8)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina