Löydetty 226 Tulokset: orden

  • Los de la tribu de Leví cumplieron la orden de Moisés, y perecieron, aquel día, unos tres mil hombres del pueblo. (Exodo 32, 28)

  • «Esta es la orden de Yavé: Que cada uno ofrezca algo de lo suyo a Yavé. Que todos los de corazón generoso le ofrezcan oro, plata y cobre, (Exodo 35, 5)

  • Este era el inventario de la Morada de la Alianza, realizado por orden de Moisés y hecho por los levitas bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. (Exodo 38, 21)

  • «Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta será la ley del holocausto, es decir de la víctima totalmente quemada. La dejarán en el altar durante todo la noche hasta el amanecer; el fuego del altar no se apagará. (Levítico 6, 2)

  • «Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel y diles: Esta es la orden que ha dado Yavé: (Levítico 17, 2)

  • No puede salir del Lugar Santo sin profanar el orden del Lugar Santo, porque el óleo que lo consagró a su Dios permanece sobre él como un diadema sobre su cabeza: ¡yo soy Yavé! (Levítico 21, 12)

  • Partirá entonces la Tienda de las Citas, y el campamento de los levitas estará en medio de los demás campamentos. En el mismo orden que llegaron partirán, cada uno por el lado que le corresponda y bajo su propia bandera. (Números 2, 17)

  • Moisés los alistó según la orden de Yavé, tal como se lo había mandado. (Números 3, 16)

  • El total de los levitas, de todos los varones de un mes para arriba era de veintidós mil; Moisés y Aarón los habían registrado por familias, siguiendo la orden de Yavé. (Números 3, 39)

  • Así fueron registrados los hijos de Guersón que habían de servir en la Tienda de las Citas. Los alistaron Moisés y Aarón según la orden de Yavé. (Números 4, 41)

  • Por orden de Yavé cada uno fue registrado señalándole su servicio y lo que debía transportar. El censo se hizo tal y como Yavé había mandado a Moisés. (Números 4, 49)

  • Los hijos de Israel partían a la orden de Yavé, y acampaban a la orden de Yavé; y quedaban acampados todo el tiempo que la nube se detenía sobre la Tienda. (Números 9, 18)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina