Löydetty 487 Tulokset: padres
Para nosotros, para nuestros reyes, para nuestros príncipes, para nuestros padres, la vergüenza, porque nos hemos sublevado contra Yavé. (Daniel 9, 8)
Señor, según tu bondad, aparta tu cólera y tu enojo de Jerusalén, tu ciudad, tu santo monte; porque, a causa de nuestros pecados y de las maldades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son la burla de todos los que nos rodean (Daniel 9, 16)
Este invadirá las provincias más ricas y hará lo que no hicieron ni sus padres ni sus abuelos. Distribuirá entre sus amigos despojos, botín y riquezas y urdirá sus planes contra las fortalezas, pero sólo hasta cierto tiempo (Daniel 11, 24)
No hará caso de los dioses de sus padres, no se cuidará del dios favorito de las mujeres ni de ningún otro dios; sólo a sí mismo se exaltará por encima de todos. (Daniel 11, 37)
En lugar de ellos venerará al dios de las fortalezas; honrará con oro, plata, piedras preciosas y joyas a un dios que sus padres no conocieron. (Daniel 11, 38)
sus padres eran justos y habían educado a su hija según la Ley de Moisés. Joaquín era muy rico. (Daniel 13, 3)
La mandaron a buscar. Y ella compareció acompañada de sus padres, de sus hijos y de todos sus parientes. (Daniel 13, 30)
El rey Astiages fue a reunirse con sus padres y le sucedió Ciro, el Persa. (Daniel 14, 1)
Israel fue para mí como uva silvestre encontrada en el desierto, y sus padres me parecieron como si fueran las primeras brevas; pero no bien habían llegado a Baal-Peor, se vendieron al ídolo y se hicieron tan aborrecibles como el ídolo que amaban. (Oseas 9, 10)
¡Oigan esto, ancianos!, escuchen todos los habitantes del país: ¿Ha sucedido algo semejante en sus tiempos, en tiempos de sus padres? (Joel 1, 2)
Así dice Yavé: «Mi sentencia en contra de Juda por sus muchos crímenes será sin apelación. Porque han despreciado la Ley de Yavé y no han guardado sus preceptos, sino que se dejaron llevar por sus falsos dioses, detrás de los cuales corrían ya sus padres. (Amós 2, 4)
Concede a Jacob tu fidelidad, a Abraham tu misericordia, como lo juraste a nuestros padres desde los días antiguos. (Miqueas 7, 20)