Löydetty 198 Tulokset: paso del río

  • Allí se dirigió hacia la cueva y pasó la noche en aquel lugar. Y le llegó una palabra de Yavé: «¿Qué haces aquí, Elías?» (1 Reyes 19, 9)

  • Ajab pasó revista a los jóvenes de los jefes de las provincias, que eran doscientos treinta y dos. Luego hizo el censo de todos los hombres de su pueblo, llegando el total a siete mil. (1 Reyes 20, 15)

  • A la vuelta del año, Ben-Hadad pasó revista a los arameos y penetró hasta Afec para luchar contra Israel. (1 Reyes 20, 26)

  • En el mismo momento se pasó revista a los hijos de Israel y marcharon a su encuentro. Los hijos de Israel acamparon frente a ellos a manera de dos pequeños rebaños de cabras, mientras que los arameos cubrían toda la llanura. (1 Reyes 20, 27)

  • Le dijo, pues: «Porque no has obedecido a Yavé, un león te matará en cuanto me hayas dejado.» Y así pasó: un león le sorprendió y lo mató. (1 Reyes 20, 36)

  • Le respondieron: «Nos salió al paso un hombre que nos dijo: Vuelvan al rey que los envió y díganle de parte de Yavé: ¿Por qué envías a consultar a Baalzebub, dios de Acarón? ¿Será porque no hay Dios en Israel? Por eso, de la cama donde te acostaste no te levantarás, sino que ahí morirás.» (2 Reyes 1, 6)

  • El rey les preguntó: «¿Qué aspecto tenía el hombre que les salió al paso y les dijo esas palabras?» (2 Reyes 1, 7)

  • Golpeó las aguas con el manto, pero no se dividieron las aguas. Entonces exclamó: «¿Dónde esta Yavé, el Dios de Elías?» Y, como golpeara las aguas, se dividieron y pasó Eliseo. (2 Reyes 2, 14)

  • Aquel día, salió el rey Joram de Samaria y pasó revista a todo Israel. (2 Reyes 3, 6)

  • Un día pasó Eliseo. Se fue a la habitación de la terraza y se acostó. (2 Reyes 4, 11)

  • Les dijo: «Echenla abajo.» La echaron por la ventana y su sangre salpicó los muros y los caballos, y Jehú pasó por encima con su carro. (2 Reyes 9, 33)

  • En esos días pasó el faraón Necao, que iba a juntarse con el rey de Asur. El rey Josías salió a su encuentro, pero Necao lo mató en Meguido, en cuanto lo vio. (2 Reyes 23, 29)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina