Löydetty 30 Tulokset: pedido

  • Según la orden de Yavé, le dieron la ciudad de Tamnat Seraj, en los cerros de Efraím, que él había pedido. Reedificó esta ciudad y la habitó. (Josué 19, 50)

  • Helí le respondió: «Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido.» (1 Samuel 1, 17)

  • Luego Ana quedó embarazada y dio a luz un niño a quien llamó Samuel, «porque, dijo, se lo he pedido a Yavé». (1 Samuel 1, 20)

  • Samuel transmitió al pueblo que le había pedido un rey todo lo que le había dicho Yavé. (1 Samuel 8, 10)

  • Samuel dijo al pueblo: «Los he atendido en todo lo que me han pedido, y les he dado un rey. 2Desde ahora en adelante tienen un rey para dirigirlos. Lo que es yo, ya soy viejo, estoy lleno de canas y tengo a mis hijos que me reemplacen junto a ustedes. Los he guiado desde mi juventud hasta el día de hoy. (1 Samuel 12, 1)

  • Y le dijo: «No has pedido para ti una larga vida, ni has pedido riquezas, ni la muerte para tus enemigos, sino que has pedido inteligencia para gobernar con rectitud. (1 Reyes 3, 11)

  • Además te doy lo que no has pedido, riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá rey alguno como tú. (1 Reyes 3, 13)

  • escúchalo desde tu morada celestial y haz todo lo que te haya pedido. Así todos los pueblos de la tierra conocerán tu Nombre y te temerán como te teme Israel; y sabrán que ése es el lugar donde se invoca tu Nombre, en esta Casa que yo he construido. (1 Reyes 8, 43)

  • Ella dijo: «¿Acaso te había pedido un hijo? ¿Por qué me has engañado?» (2 Reyes 4, 28)

  • Los arameos bajaron hacia él y nuevamente Eliseo dirigió esta súplica a Yavé: «Haz que no vean.» Yavé, pues, hizo que ya no vieran lo que estaban mirando, según se lo había pedido. (2 Reyes 6, 18)

  • Yavé dijo a Salomón: «Ya que éste es tu deseo y no has pedido riquezas ni bienes, ni gloria ni la muerte de tus enemigos, ni tampoco has pedido larga vida, sino que me has pedido la sabiduría y el entendimiento para gobernar a mi pueblo, del cual te he hecho rey, (2 Crónicas 1, 11)

  • les pagarán los gastos exactamente y sin interrupción, con las entradas de los impuestos del otro lado del río destinados al rey. Luego les entregarán cada día y sin falta, a pedido de los sacerdotes de Jerusalén, (Esdras 6, 9)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina