Löydetty 260 Tulokset: puerta abierta

  • Me llegó una palabra de Yavé: «Anda a la puerta que llaman "Puerta del Pueblo", por donde entran los reyes de Judá. Irás también a las demás puertas de Jerusalén (Jeremías 17, 19)

  • Parte después en dirección del valle de Ben-Hinón, a la entrada de la Puerta de los Alfareros, y pronuncia allí este discurso, que yo te dictaré. (Jeremías 19, 2)

  • al oír a Jeremías, mandó apalearlo, y lo hizo sujetar con cadenas en el calabozo de la puerta alta de Benjamín, que está en la Casa de Yavé. (Jeremías 20, 2)

  • Al enterarse de esto, los jefes de Judá subieron desde el palacio del rey a la Casa de Yavé, donde se sentaron para juzgar el asunto a la entrada de la Puerta Nueva. (Jeremías 26, 10)

  • Se acerca el tiempo, dice Yavé, en que la ciudad de Yavé será reconstruida desde la torre de Jananeel hasta la puerta del Angulo. (Jeremías 31, 38)

  • Y todo el valle de los muertos y de la ceniza, y los campos que limitan con el torrente de Cedrón hasta la esquina de la Puerta de los Caballos, al este, serán consagrados a Yavé. ¡Ya no volverán a ser destruidos ni declarados malditos! (Jeremías 31, 40)

  • En seguida, tomé la escritura de compra, su ejemplar sellado y la copia abierta, (Jeremías 32, 11)

  • Toma estos documentos, esta escritura de compra, el ejemplar sellado junto con la copia abierta, y colócalos en un cántaro de greda, a fin de que puedan conservarse mucho tiempo; (Jeremías 32, 14)

  • y los llevé a la Casa de Yavé, al departamento de Ben Yojanán, hijo de Jegdelías, hombre de Dios; ése está al lado del departamento de los jefes y encima del que tiene Masías, hijo de Selum, guardián de la puerta. (Jeremías 35, 4)

  • Entonces Baruc leyó a todo el pueblo las palabras de Yavé contenidas en el libro, a la entrada de la Puerta Nueva de la Casa de Yavé, en la habitación de Guemarías, hijo de Safán. (Jeremías 36, 10)

  • Pero al pasar la puerta de la ciudad que lleva a Benjamín, el vigilante Jerías, hijo de Selemías, detuvo al profeta diciendo: «Tú te pasas a los caldeos.» (Jeremías 37, 13)

  • Salió del palacio y fue al encuentro del rey, que estaba sentado a la Puerta de Benjamín y le habló en estos términos: (Jeremías 38, 8)


“Quando fizer o bem, esqueça. Se fizer o mal, pense no que fez e se arrependa.” São Padre Pio de Pietrelcina