Löydetty 260 Tulokset: puerta abierta

  • Cuando el príncipe entre, pasará por el vestíbulo de la puerta y se devolverá por el mismo camino. (Ezequiel 46, 8)

  • Cuando el pueblo del país comparezca ante Yavé con ocasión de las fiestas, el que venga por la puerta norte para postrarse saldrá por la puerta sur; el que venga por la puerta sur saldrá por la puerta norte. No se volverá por la puerta por donde se entró, sino que se saldrá por el lado contrario. (Ezequiel 46, 9)

  • Cuando el príncipe presente a Yavé su ofrenda voluntaria, el holocausto o el sacrificio pacífico, se le abrirá la puerta del este. Presentará su holocausto y su sacrificio pacífico como lo hace el día sábado, luego se retirará y se cerrará la puerta apenas salga. (Ezequiel 46, 12)

  • Habrá tres puertas al norte: la puerta de Rubén, la de Judá y la de Leví (pues las puertas de la ciudad recibirán los nombres de las tribus de Israel). (Ezequiel 48, 31)

  • Ellas obedecieron, cerraron las puertas del jardín y salieron por la puerta lateral para traer lo que Susana había pedido. No sabían que los ancianos estaban escondidos (Daniel 13, 18)

  • Al oír estos gritos en el jardín, las gentes de la casa se precipitaron por la puerta lateral para ver qué pasaba. (Daniel 13, 26)

  • Los pillamos juntos, pero a él no lo pudimos atrapar porque era más forzudo que nosotros y, abriendo la puerta, se escapó. (Daniel 13, 39)

  • y los sacerdotes de Bel le dijeron: «Nosotros vamos a salir de aquí; tú, rey, manda poner la comida y el vino preparado; luego cierra la puerta y séllala con tu anillo; si mañana por la mañana, cuando vuelvas, encuentras que Bel no se lo ha comido todo, moriremos; en caso contrario, morirá Daniel, que nos ha calumniado. (Daniel 14, 11)

  • Daniel mandó a sus criados que trajeran ceniza y la desparramaran por todo el suelo del templo, sin más testigos que el rey. Luego salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo real y se fueron. (Daniel 14, 14)

  • En cuanto abrieron la puerta, el rey echó una mirada a la mesa y gritó en alta voz: «¡Grande eres, Bel, y en ti no hay engaño!» (Daniel 14, 18)

  • No vengas a mirar a la puerta el día en que le va mal a mi pueblo: ¿será bueno que veas sus sufrimientos el día de su desgracia? No eches mano de sus riquezas en el día de la desventura. (Abdías 1, 13)

  • ¿Cómo podría ser feliz la que habita en Marot, cuando la desgracia que viene de Yavé golpea la puerta de Jerusalén? (Miqueas 1, 12)


“Jesus e a sua alma devem cultivar a vinha de comum acordo.” São Padre Pio de Pietrelcina