Löydetty 410 Tulokset: puso

  • David, entonces, corrió y se puso de pie encima de su cuerpo, tomó su espada y lo remató cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver muerto a su campeón, huyeron. (1 Samuel 17, 50)

  • Saúl intentó clavar a David en la pared con su lanza; pero éste se inclinó y la lanza, sin herirlo, fue a dar en la muralla. David huyó al instante y se puso a salvo. (1 Samuel 19, 10)

  • En seguida, Micol tomó una estatua y la puso en la cama de David; colocó a la cabecera un tejido de pelos de cabra y cubrió la estatua con una sábana. (1 Samuel 19, 13)

  • Cuando David terminó de hablar, dijo Saúl: «¿Es ésta tu voz, David, hijo mío?» Y se puso a llorar a sollozos. (1 Samuel 24, 16)

  • hoy has demostrado que realmente me quieres, pues Yavé me puso en tus manos y tú no me has quitado la vida. (1 Samuel 24, 18)

  • envió espías para saber dónde se encontraba. Luego se puso en camino y llegó hasta el lugar donde acampaba Saúl. (1 Samuel 26, 4)

  • Entre los hombres que acompañaban a David, había gente mala y perversa que se puso a decir: «Ya que éstos no vinieron con nosotros, no les corresponde nada del botín. Que tomen su esposa y sus hijos y se vayan.» (1 Samuel 30, 22)

  • Se puso a perseguir a Abner sin desviarse a ningún lado. (2 Samuel 2, 19)

  • Después de esto, David puso gobernadores en Aram de Da masco, y los arameos quedaron sometidos a David, pagando impuestos. Así Yavé hacía triun far a David en todas partes. (2 Samuel 8, 6)

  • Puso gobernadores en Edom y todos los edomitas quedaron sometidos a David. Por to das partes donde iba David, Yavé le daba la vic toria. (2 Samuel 8, 14)

  • Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huído, retrocedieron ante Abisaí y se encerraron en la ciudad. Enton ces Joab puso fin a la campaña contra los amo nitas y volvió a Jerusalén. (2 Samuel 10, 14)

  • Joab, que estaba sitiando la ciudad, puso a Urías en el lugar donde estaban los más valerosos defensores. (2 Samuel 11, 16)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina