Löydetty 39 Tulokset: sagrada

  • El día primero habrá reunión sagrada, y no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 28, 18)

  • El séptimo día, ustedes tendrán reunión sagrada y no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 28, 25)

  • El día de las primicias, cuando ofrezcan a Yavé los frutos nuevos, en la fiesta de las Semanas, tendrán reunión sagrada, y no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 28, 26)

  • El mes séptimo, el primero del mes, tendrán una reunión sagrada; no harán ningún trabajo de trabajador. Será para ustedes el día de las Aclamaciones. (Números 29, 1)

  • El día décimo del mismo mes séptimo, ustedes tendrán una reunión sagrada: ayunarán y no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 29, 7)

  • El día quince del mes séptimo tendrán una reunión sagrada; no harán ningún trabajo de trabajador y celebrarán durante siete días una fiesta en honor de Yavé. (Números 29, 12)

  • Porque Yavé, tu Dios, recorre el campamento para protegerte y entregar en tus manos al enemigo. Por eso tu campamento debe ser cosa limpia y sagrada, en que Yavé no vea nada indecente; de lo contrario se apartaría de ti. (Deuteronomio 23, 15)

  • No habrá entre las hijas de Israel prostituta sagrada, ni prostituto sagrado entre los hijos de Israel. (Deuteronomio 23, 18)

  • Ellos llamarán a los pueblos a la montaña sagrada, ahí ofrecerán sacrificios justos, pues gozan de las riquezas del mar y los tesoros escondidos en la arena. (Deuteronomio 33, 19)

  • Eliminó también de su país al resto de los afeminados que se dedicaban a la prostitución sagrada y que Asá no había suprimido. (1 Reyes 22, 47)

  • Al que ha robado alguna cosa sagrada o ha cometido algún otro crimen horrendo, lo suben arriba y de allí lo precipitan. (2 Macabeos 13, 6)

  • Israel era la cosa sagrada de Yavé, la parte mejor de su cosecha. Quien comiera de sus frutos tenía que pagar y pronto le venía la desgracia -palabra de Yavé. (Jeremías 2, 3)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina