Löydetty 11 Tulokset: segadores

  • Como ella se lo diera, Rut salió al campo y se puso a espigar detrás de los segadores. Dio la coincidencia de que el campo adonde ella había llegado pertenecía a Booz, pariente de Elimelec, que precisamente llegó ese día de Belén. (Rut 2, 3)

  • Luego de saludar a los segadores con un: «El Señor esté con ustedes», y de recibir por respuesta: «¡El Señor te bendiga!», (Rut 2, 4)

  • Booz preguntó al capataz de la cuadrilla de segadores: «¿De quién es esa joven?» Y el empleado le contestó: (Rut 2, 5)

  • La autoricé para que recogiera las espigas que dejan los segadores, y es lo que ha hecho toda la mañana sin parar.» (Rut 2, 7)

  • Cuando ella estaba sentada en medio de los segadores, él le ofreció también un puñado de granos tostados. Ella comió hasta quedar satisfecha y se guardó las sobras. (Rut 2, 15)

  • Creció el niño. Un día fue a ver a su padre, que estaba con los segadores, (2 Reyes 4, 18)

  • Mientras vigilaba a los segadores que ataban las gavillas, le dio una insolación, cayó en cama y murió en Betulia, su ciudad. Fue sepultado junto a sus padres en el campo que hay entre Dotán y Balamón. (Judit 8, 3)

  • Vivía en ese tiempo en Judea el profeta Habacuq; éste acababa de preparar un guiso y de picar pan en un plato, y se dirigía al campo para llevárselo a los segadores. (Daniel 14, 33)

  • Déjenlos crecer juntos hasta la hora de la cosecha. Entonces diré a los segadores: Corten primero las malas hierbas, hagan fardos y arrójenlos al fuego. Después cosechen el trigo y guárdenlo en mis bodegas.» (Evangelio según San Mateo 13, 30)

  • El enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. (Evangelio según San Mateo 13, 39)

  • El salario de los trabajadores que cosecharon sus campos se ha puesto a gritar, pues ustedes no les pagaron; las quejas de los segadores ya habían llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. (Carta de Santiago 5, 4)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina