Löydetty 128 Tulokset: vergüenza

  • El hombre de bien sirve de aval a su prójimo; tendría que haber perdido toda la vergüenza para abandonarlo. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 14)

  • Les voy a decir de qué hay que avergonzarse realmente, porque no debemos tener vergüenza de cualquier cosa, aun cuando otros tienen ideas falsas al respecto. (Sirácides (Eclesiástico) 41, 16)

  • Debes tener vergüenza, pensando en la verdad de Dios y en la Alianza: de guardar los panes para ti solo, (Sirácides (Eclesiástico) 41, 20)

  • Si tienes vergüenza de todas esas cosas, todos te apreciarán. (Sirácides (Eclesiástico) 41, 27)

  • Pero debe ser todo lo contrario con lo que sigue, si no quieres pecar. No tengas vergüenza: (Sirácides (Eclesiástico) 42, 1)

  • No tengas vergüenza de reprender a un imbécil o a un tonto, y al anciano decrépito que ha vuelto a la infancia. Entonces demostrarás que verdaderamente eres educado, y todos te apreciarán. (Sirácides (Eclesiástico) 42, 8)

  • Más vale dureza de hombre que bondad de la mujer: la mujer puede atraerte vergüenza y reproches. (Sirácides (Eclesiástico) 42, 14)

  • Alégrense pues de la misericordia del Señor, no tengan vergüenza de alabarlo. (Sirácides (Eclesiástico) 51, 29)

  • Entonces habrá susto y vergüenza para quienes confiaban en Etiopía y se sentían seguros por Egipto. (Isaías 20, 5)

  • ¡Qué vergüenza, Sidón! Tú preguntas: «¿Acaso no he tenido hijos y sufrido los dolores de parto, educado a jóvenes y niñas?» (Isaías 23, 4)

  • ¿Hasta cuándo los estarás amenazando sin que comprendan? Haz que vean, para vergüenza suya, que cuidas de tu pueblo; ¡que tu furor, cual fuego, devore a tus enemigos! (Isaías 26, 11)

  • con este recado: «Esto manda decir Ezequías: Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz. (Isaías 37, 3)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina