Löydetty 7487 Tulokset: ángel del Señor

  • Cuando el quinto Ángel tocó la trompeta, vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. La estrella recibió la llave del pozo del Abismo, (Apocalipsis 9, 1)

  • Su rey era el Ángel del Abismo, cuyo nombre es «Destructor»: «Abadón», en hebreo, y «Apolión», en griego. (Apocalipsis 9, 11)

  • Cuando el sexto Ángel tocó la trompeta, escuché una voz que provenía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios. (Apocalipsis 9, 13)

  • Y esa voz dijo al sexto Ángel, al que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Ángeles que están encadenados junto al gran río Éufrates». (Apocalipsis 9, 14)

  • Luego vi descender del cielo a otro Ángel poderoso, envuelto en una nube, con un arco iris sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, sus piernas parecían columnas de fuego, (Apocalipsis 10, 1)

  • Y el Ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano derecha hacia el cielo, (Apocalipsis 10, 5)

  • Pero el día en que suene la trompeta del séptimo Ángel y se escuche su voz, se cumplirá el misterio de Dios, conforme al anuncio que él hizo a sus servidores, los profetas». (Apocalipsis 10, 7)

  • Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: «Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra». (Apocalipsis 10, 8)

  • Yo corrí hacia el Ángel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: «Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel». (Apocalipsis 10, 9)

  • Yo tomé el pequeño libro de la mano del Ángel ylo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago. (Apocalipsis 10, 10)

  • Estos dos testigos son los dos olivos y los dos candelabros que están delante del Señor de la tierra. (Apocalipsis 11, 4)

  • Sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran Ciudad -llamada simbólicamente Sodoma y también Egipto- allí mismo donde el Señor fue crucificado. (Apocalipsis 11, 8)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina