Löydetty 56 Tulokset: Abimélec

  • Después de concluida la alianza, Abimélec partió junto con Picol, el jefe de su ejército, y regresó al país de los filisteos. (Génesis 21, 32)

  • Luego, aquella región volvió a padecer hambre -aparte de la que había padecido anteriormente, en tiempos de Abraham- e Isaac se fue a Guerar, donde estaba Abimélec, el rey de los filisteos. (Génesis 26, 1)

  • Ya hacía bastante tiempo que se encontraba allí, cuando Abimélec, el rey de los filisteos, al mirar por la ventana, vio que Isaac estaba acariciando a su esposa Rebeca. (Génesis 26, 8)

  • Abimélec lo mandó llamar y le dijo: "No cabe ninguna duda: ella es tu esposa. ¿Cómo dijiste entonces que era tu hermana?". Isaac le respondió: "Porqué pensé que podían matarme a causa de ella". (Génesis 26, 9)

  • Pero Abimélec replicó: "¿Qué nos has hecho? Faltó poco para que uno de nuestros hombres se acostara con tu mujer, y entonces nos habrías hecho responsables de un delito". (Génesis 26, 10)

  • Y Abimélec dio esta orden a todo el pueblo: "El que toque a este hombre o a su mujer será condenado a muerte". (Génesis 26, 11)

  • Y Abimélec dijo a Isaac: "Aléjate de nuestro lado, porque tú has llegado a ser mucho más poderoso que nosotros". (Génesis 26, 16)

  • Mientras tanto, fue a verlo Abimélec, que venía de Guerar junto con Ajuzat, su consejero, y Picol, el jefe de su ejército. (Génesis 26, 26)

  • La concubina que tenía en Siquém también le dio un hijo, a quien puso el nombre de Abimélec. (Jueces 8, 31)

  • Abimélec, hijo de Ierubaal, fue a Siquém, donde estaban los hermanos de su madre, y les dijo a ellos y a todo el clan de la casa paterna de su madre: (Jueces 9, 1)

  • Los hermanos de su madre comunicaron estas palabras de Abimélec a los señores de Siquém, y estos se pusieron de parte de él, porque decían: "Es nuestro hermano". (Jueces 9, 3)

  • Luego le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélec contrató a unos hombres vagos y aventureros, que le sirvieron de escolta. (Jueces 9, 4)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina