Löydetty 22 Tulokset: Amós

  • Además, envió al mayordomo de palacio Eliaquím, al secretario Sebná y a los sacerdotes más ancianos, todos cubiertos de sayales, para decir al profeta Isaías, hijo de Amós: (II Reyes 19, 2)

  • Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Así habla el Señor, Dios de Israel: Tú me has dirigido una súplica acerca de Senaquerib, rey de Asiria, y yo la he escuchado. (II Reyes 19, 20)

  • En aquellos días, Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: "Así habla el Señor: Ordena todos los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más". (II Reyes 20, 1)

  • El resto de los hechos de Ozías, desde el comienzo hasta el fin, fue escrito por el profeta Isaías, hijo de Amós. (II Crónicas 26, 22)

  • El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al Cielo. (II Crónicas 32, 20)

  • El resto de los hechos de Ezequías y sus obras de piedad están escritos en la Visión del profeta Isaías, hijo de Amós, y en el Libro de los reyes de Judá y de Israel. (II Crónicas 32, 32)

  • recordando las palabras del profeta Amós contra Betel: "Sus fiestas se convertirán en duelo y todos sus cantos en lamentaciones". (Tobías 2, 6)

  • Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén, en tiempos de Ozías, de Jotám, de Ajaz y de Ezequías, reyes de Judá. (Isaías 1, 1)

  • Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén: (Isaías 2, 1)

  • Oráculo sobre Babilonia, que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión: (Isaías 13, 1)

  • en ese mismo tiempo, el Señor habló por medio de Isaías, hijo de Amós, diciendo: "Ve, despójate del sayal que llevas ceñido, y quítate las sandalias de los pies". Él lo hizo así, y anduvo desnudo y descalzo. (Isaías 20, 2)

  • Además, envió al mayordomo de palacio Eliaquím, al secretario Sebná y a los sacerdotes más ancianos, todos cubiertos de sayales, para decir al profeta Isaías, hijo de Amós: (Isaías 37, 2)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina