Löydetty 221 Tulokset: Cubierta del Arca

  • La gente de Bet Semes estaba cosechando el trigo en el valle. Al levantar los ojos, divisaron el Arca y se alegraron de verla. (I Samuel 6, 13)

  • Mientras tanto, los levitas habían bajado el Arca del Señor y el cofre que estaba con ella, donde se encontraban los objetos de oro, y los depositaron sobre la piedra grande. La gente de Bet Semes ofreció aquel día holocaustos y sacrificios al Señor. (I Samuel 6, 15)

  • Y el número de los ratones de oro correspondía al de todas las ciudades de los filisteos, gobernadas por los cinco príncipes, desde las ciudades fortificadas hasta los poblados desguarnecidos. Testigo de esto es la piedra grande sobre la que depositaron el Arca del Señor, y que hasta el día de hoy está en el campo de Josué de Bet Semes. (I Samuel 6, 18)

  • El Señor castigó a la gente de Bet Semes, porque habían mirado el Arca del Señor. Como él hirió a setenta hombres, el pueblo estuvo de duelo porque el Señor les había infligido un castigo tan grande. (I Samuel 6, 19)

  • En seguida mandaron unos mensajeros a los habitantes de Quiriat Iearím, para decirles: "Los filisteos han devuelto el Arca del Señor. Bajen y súbanla con ustedes". (I Samuel 6, 21)

  • Entonces llegaron los de Quiriat Iearím y se llevaron el Arca del Señor. La introdujeron en la casa de Abinadab, sobre la colina, y consagraron a su hijo Eliezer para que la cuidara. (I Samuel 7, 1)

  • Desde el día en que el Arca fue instalada en Quiriat Iearím pasó mucho tiempo -veinte años- y todo Israel suspiraba por el Señor. (I Samuel 7, 2)

  • Al tercer día, llegó un hombre del campamento de Saúl, con la ropa hecha jirones y la cabeza cubierta de polvo. Cuando se presentó ante David, cayó con el rostro en tierra y se postró. (II Samuel 1, 2)

  • y con todo el pueblo que lo acompañaba se dirigió hacia Baalá de Judá, para subir de allí el Arca de Dios, la cual es llamada con el Nombre, el nombre del Señor de los ejércitos, que tiene su trono sobre los querubines. (II Samuel 6, 2)

  • Luego cargaron el Arca de Dios en un carro nuevo y se la llevaron de la casa de Abinadab, que está sobre la colina. Uzá y Ajió, los hijos de Abinadab, conducían el carro. (II Samuel 6, 3)

  • Uzá iba al lado del Arca, y Ajió avanzaba delante de ella. (II Samuel 6, 4)

  • Cuando llegaron a la era de Nacón, Uzá extendió su mano hacia el Arca de Dios y la sostuvo, porque los bueyes habían resbalado. (II Samuel 6, 6)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina