Löydetty 55 Tulokset: Dejen

  • Por lo tanto, teman al Señor y sírvanlo con integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor. (Josué 24, 14)

  • "Entonces dejen de lado los dioses extraños que hay en medio de ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel". (Josué 24, 23)

  • Samuel dijo entonces a toda la casa de Israel: "Si ustedes se vuelven al Señor de todo corazón, dejen de lado a los dioses extraños y a las Astartés que hay en medio de ustedes; dirijan sus corazones hacia el Señor y sírvanlo sólo a él. Así el Señor los librará del poder de los filisteos". (I Samuel 7, 3)

  • Dejen trabajar en esa Casa de Dios al comisionado de Judea y a los ancianos de los judíos. Que se reconstruya esa Casa de Dios en el mismo sitio. (Esdras 6, 7)

  • Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo: "Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los vivientes por los bienes que él les ha concedido, para que todos bendigan y alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de Dios y nunca dejen de celebrarlo. (Tobías 12, 6)

  • y mandó decir a Holofernes: "Señor, ordena que me dejen salir para hacer oración". (Judit 12, 6)

  • Dejen de hablarme, soy yo el que hablaré, ¡no importa lo que me pueda pasar! (Job 13, 13)

  • y con tu mano, Señor, sálvame de los hombres: de los mortales que lo tienen todo en esta vida. Llénales el vientre con tus riquezas; que sus hijos también queden hartos y dejen el resto para los más pequeños. (Salmos 17, 14)

  • Cuando Judas llegó al borde del torrente, ubicó a los escribas del pueblo a la orilla y les dio esta orden: "No dejen que ningún hombre quede en el campamento, sino que todos vayan al combate". (I Macabeos 5, 42)

  • "¡Hagamos las paces! ¡Que esos judíos dejen de atacarnos a nosotros y a la ciudad!". (I Macabeos 11, 50)

  • Ruego a los lectores de este libro que no se dejen impresionar por estas calamidades. Piensen más bien que estos castigos no han sucedido para la ruina, sino para la educación de nuestro pueblo. (II Macabeos 6, 12)

  • porque los que observen santamente las leyes santas serán reconocidos como santos, y los que se dejen instruir por ellas, también en ellas encontrarán su defensa. (Sabiduría 6, 10)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina