Löydetty 63 Tulokset: Descanso Sabático

  • Él ha dicho: "¡No te regocijarás nunca más, virgen violada, hija de Sidón!". Levántate y emigra a Quitím, aunque tampoco allí tendrás descanso. (Isaías 23, 12)

  • al que le dijo una vez: "Este es el descanso, hagan descansar al exhausto, aquí está la tranquilidad". ¡Pero ellos no quisieron escuchar! (Isaías 28, 12)

  • Sobre tus murallas, Jerusalén, yo he apostado centinelas: que nunca se queden callados, ni de día ni de noche. Ustedes, los que hacen que el Señor se acuerde, no se tomen descanso, (Isaías 62, 6)

  • Como a ganado que desciende al valle, el espíritu del Señor les dio un descanso. ¡Así guiaste a tu Pueblo para hacerte un Nombre glorioso! (Isaías 63, 14)

  • Así habla el Señor: Halló gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada; Israel camina hacia su descanso. (Jeremías 31, 2)

  • Tú dices: ‘¡Pobre de mí, porque el Señor añade aflicción a mi dolor! ¡Estoy cansado de gemir, y no encuentro descanso!’. (Jeremías 45, 3)

  • Judá está desterrada, en la miseria y en la más dura esclavitud. Ella habita entre las naciones, sin encontrar un descanso. Todos sus perseguidores la alcanzaron en angostos desfiladeros. (Lamentaciones 1, 3)

  • ¡Invoca al Señor de corazón, gime, hija de Sión! ¡Deja correr tus lágrimas a raudales, de día y de noche: no te concedas descanso, que no repose la pupila de tus ojos! (Lamentaciones 2, 18)

  • Mis ojos lloran sin descanso, no hay un alivio, (Lamentaciones 3, 49)

  • ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? (Mateo 12, 5)

  • Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley. (Lucas 23, 56)

  • Cuando llegamos a Macedonia, no tuvimos descanso. De todas partes nos acosaban las tribulaciones: luchas por fuera y temores por dentro. (II Corintios 7, 5)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina