Löydetty 299 Tulokset: Hija

  • Los hombres de Israel habían pronunciado este juramento en Mispá: "Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a un benjaminita". (Jueces 21, 1)

  • Rut, la moabita, dijo una vez a Noemí: "Déjame ir a recoger espigas al campo, detrás de alguien que me haga ese favor". "Puedes ir, hija mía", le respondió ella. (Rut 2, 2)

  • Entonces Booz dijo a Rut: "¡Óyeme bien, hija mía! No vayas a recoger espigas a otro campo ni te alejes para nada de aquí; quédate junto a mis servidores. (Rut 2, 8)

  • Noemí le respondió: "Es conveniente, hija mía, que vayas con las servidoras de ese hombre; así nadie te molestará en otro campo". (Rut 2, 22)

  • Entonces Noemí, su suegra, le dijo: "Hija mía, yo quisiera conseguirte un lugar seguro, donde puedas ser feliz. (Rut 3, 1)

  • Él exclamó: "¡Que el Señor te bendiga, hija mía! Tú has realizado un segundo acto de piedad filial, mejor que el primero, al no pretender a ningún joven, ni pobre ni rico. (Rut 3, 10)

  • Y ahora, no temas, hija mía. Haré por ti todo lo que me digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe muy bien que eres una mujer decidida. (Rut 3, 11)

  • Cuando llegó adonde estaba su suegra, esta le dijo: "¿Cómo te ha ido, hija mía?". Rut le contó todo lo que el hombre había hecho por ella, (Rut 3, 16)

  • Noemí respondió: "Quédate tranquila, hija mía, hasta que veas cómo se resuelve todo esto. Seguramente este hombre no descansará hasta arreglar hoy mismo este asunto". (Rut 3, 18)

  • La mujer de Saúl se llamaba Ajinóam, hija de Ajimáas. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl. (I Samuel 14, 50)

  • Un hombre de Israel dijo: "¿Han visto a ese hombre que sube? ¡Él viene a desafiar a Israel! Al que lo derrote, el rey lo colmará de riquezas, le dará su hija como esposa y eximirá de impuestos a su casa paterna en Israel". (I Samuel 17, 25)

  • Saúl dijo a David: "Ahí tienes a Merab, mi hija mayor; te la voy a dar por esposa, pero tendrás que servirme valerosamente y combatir en las guerras del Señor". En realidad, Saúl pensaba: "Que sean los filisteos, y no yo, los que pongan su mano sobre él". (I Samuel 18, 17)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina