Löydetty 3300 Tulokset: Hijo del Hombre

  • Lamec dijo a sus mujeres: "¡Adá y Silá, escuchen mi voz: mujeres de Lamec, oigan mi palabra! Yo maté a un hombre por una herida, y a un muchacho por una contusión. (Génesis 4, 23)

  • Adán se unió a su mujer, y ella tuvo un hijo, al que puso el nombre de Set, diciendo: "Dios me dio otro descendiente en lugar de Abel, porque Caín lo mató". (Génesis 4, 25)

  • También Set tuvo un hijo, al que llamó Enós. Fue entonces cuando se comenzó a invocar el nombre del Señor. (Génesis 4, 26)

  • La lista de los descendientes de Adán es la siguiente: Cuando Dios creó al hombre, lo hizo semejante a él. (Génesis 5, 1)

  • Y al crearlos, los hizo varón y mujer, los bendijo y los llamó Hombre. (Génesis 5, 2)

  • Adán tenía ciento treinta años cuando engendró un hijo semejante a él, según su imagen, y le puso el nombre de Set. (Génesis 5, 3)

  • Lamec tenía ciento ochenta y dos años cuando fue padre de un hijo, (Génesis 5, 28)

  • Entonces el Señor dijo: "Mi espíritu no va a permanecer activo para siempre en el hombre, porque este no es más que carne; por eso no vivirá más de ciento veinte años". (Génesis 6, 3)

  • Cuando el Señor vio qué grande era la maldad del hombre en la tierra y cómo todos los designios que forjaba su mente tendían constantemente al mal, (Génesis 6, 5)

  • se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra, y sintió pesar en su corazón. (Génesis 6, 6)

  • Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo, irreprochable entre sus contemporáneos, y siguió siempre los caminos de Dios. (Génesis 6, 9)

  • Así fueron eliminados todos los seres que había en la tierra, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y los pájaros del cielo. Sólo quedó Noé y los que estaban con él en el arca. (Génesis 7, 23)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina