Löydetty 795 Tulokset: José de Egipto

  • Y cuando se agotaron los víveres que habían traído de Egipto, su padre les dijo: "Regresen a Egipto a comprarnos un poco de comida". (Génesis 43, 2)

  • Ellos recogieron los regalos, tomaron una doble cantidad de dinero, y bajaron a Egipto llevándose a Benjamín. En seguida fueron a presentarse delante de José, (Génesis 43, 15)

  • El mayordomo hizo lo que José le había ordenado y los condujo hasta la casa. (Génesis 43, 17)

  • Pero ellos, al ser llevados a la casa de José, se llenaron de temor y dijeron: "Nos traen aquí a causa del dinero que fue puesto en nuestras bolsas la vez anterior. No es más que un pretexto para atacarnos y convertirnos en esclavos, junto con nuestros animales". (Génesis 43, 18)

  • Entonces se acercaron al mayordomo de José y le hablaron a la entrada de la casa, (Génesis 43, 19)

  • El mayordomo introdujo a los hombres en la casa de José, les trajo agua para que se lavaran los pies y les dio pasto para los animales. (Génesis 43, 24)

  • Ellos prepararon los regalos, esperando la llegada de José al mediodía, porque ya les había avisado que comería allí. (Génesis 43, 25)

  • Cuando José entró en la casa, le presentaron los regalos que traían y se postraron ante él con el rostro en tierra. (Génesis 43, 26)

  • José los saludó y les dijo: "El anciano padre de que me hablaron, ¿vive todavía? ¿Cómo está?". (Génesis 43, 27)

  • Al levantar los ojos, José vio a Benjamín, el hijo de su misma madre, y preguntó: "¿Es este el hermano menor de que me habían hablado?". Y añadió: "Que Dios te favorezca, hijo mío". (Génesis 43, 29)

  • José salió precipitadamente porque se conmovió a la vista de su hermano y no podía contener las lágrimas. Entró en una habitación y lloró. (Génesis 43, 30)

  • Sirvieron en mesas separadas a José, a sus hermanos, y a los egipcios que comían con él, porque los egipcios no pueden comer con los hebreos: es una abominación para ellos. (Génesis 43, 32)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina