Löydetty 350 Tulokset: Libros de Reyes

  • Porque también a ellas las someterán naciones poderosas y grandes reyes, y yo les retribuiré según su conducta y según la obra de sus manos. (Jeremías 25, 14)

  • a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para convertirlos en una ruina, una devastación, un motivo de estupor y una maldición, como sucede en el día de hoy; (Jeremías 25, 18)

  • a toda la mezcla de pueblos; a todos los reyes del país de Us; a todos los reyes del país de los filisteos: a Ascalón, Gaza, Ecrón y el resto de Asdod; (Jeremías 25, 20)

  • a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las costas lejanas que están más allá del mar; (Jeremías 25, 22)

  • a todos los reyes de Arabia que habitan en el desierto; (Jeremías 25, 24)

  • a todos los reyes de Zimrí, a todos los reyes de Elám, a todos los reyes de Media; (Jeremías 25, 25)

  • a todos los reyes del Norte, próximos y lejanos, uno después del otro: o sea, a todos los reyes de la tierra que están sobre la superficie del suelo. Y el rey de Sesac beberá después de ellos. (Jeremías 25, 26)

  • Todas las naciones lo servirán, a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que también a su país le llegue la hora, y lo sometan a servidumbre numerosas naciones y grandes reyes. (Jeremías 27, 7)

  • a causa de todo el mal que los hijos de Israel y los hijos de Judá han cometido para agraviarme: ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 32, 32)

  • Porque así habla el Señor, el Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de las casas de los reyes de Judá, derribadas para levantar terraplenes y empalizadas, (Jeremías 33, 4)

  • sino que morirás en paz. Y así como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes antiguos que te han precedido, así se quemarán perfumes por ti, y se entonará por ti la lamentación: "¡Ay Señor!". Esta es la palabra que yo te he dicho -oráculo del Señor-. (Jeremías 34, 5)

  • Por eso, así habla el Señor: Ustedes no me han escuchado, proclamando cada uno la liberación de su hermano y de su prójimo. Ahora, yo proclamo para ustedes una liberación -oráculo del Señor-: los dejo librados a la espada, a la peste y al hambre, y los convertiré en un motivo de horror para todos los reyes de la tierra. (Jeremías 34, 17)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina