Löydetty 141 Tulokset: Maldad

  • A todos tus pastores los apacentará el viento, tus amantes irán al cautiverio; entonces quedarás avergonzada y confundida por toda tu maldad. (Jeremías 22, 22)

  • Porque el país está lleno de adúlteros -sí, a causa de la maldición, el país está de duelo, se han secado las praderas del desierto-: ellos corren hacia la maldad y emplean su fuerza para la injusticia. (Jeremías 23, 10)

  • Hasta el profeta y el sacerdote son impíos, aun en mi propia Casa encuentro su maldad -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 11)

  • Pero entre los profetas de Jerusalén, he visto cosas horribles: son adúlteros, viven en la mentira, tienden la mano a los malhechores, ¡y así nadie se convierte de su maldad! Todos ellos son para mí como Sodoma y los habitantes de la ciudad, como Gomorra. (Jeremías 23, 14)

  • Si hubieran asistido a mi consejo, habrían proclamado mis palabras a mi pueblo, lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus acciones. (Jeremías 23, 22)

  • Él les decía: Vuélvanse cada uno de su mal camino y de la maldad de sus acciones, y habitarán en el suelo que les ha dado el Señor, a ustedes y a sus padres, desde siempre y para siempre. (Jeremías 25, 5)

  • Tal vez escuchen y se conviertan de su mal camino; entonces yo me arrepentiré del mal que pienso hacerles a causa de la maldad de sus acciones. (Jeremías 26, 3)

  • Pero ellos no han escuchado ni han inclinado su oído, a fin de convertirse de su maldad dejando de quemar incienso a otros dioses. (Jeremías 44, 5)

  • ¿Acaso han olvidado la maldad de sus padres, la maldad de los reyes de Judá y la de sus príncipes, la maldad de ustedes mismos y de sus mujeres, cometidas en el país de Judá y en las calles de Jerusalén? (Jeremías 44, 9)

  • ¡Que llegue hasta tu presencia toda su maldad! Trátalos como me trataste a mí por todas mis rebeldías, porque son muchos mis gemidos y mi corazón está sufriendo. (Lamentaciones 1, 22)

  • Tú has reducido esta Casa sobre la que había sido invocado tu Nombre, a lo que es en el día de hoy, a causa de la maldad de la casa de Israel y de la casa de Judá. (Baruc 2, 26)

  • Si tú, en cambio, adviertes al malvado y él no se convierte de su maldad y de su mala conducta, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. (Ezequiel 3, 19)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina