Löydetty 135 Tulokset: Mira

  • Mira desde el cielo y contempla, desde tu santo y glorioso dominio. ¿Dónde están tus celos y tu valor, tu ternura entrañable y tu compasión? ¡No, no permanezcas insensible! (Isaías 63, 15)

  • No te irrites, Señor, hasta el exceso, no te acuerdes para siempre de las culpas. ¡Mira que todos nosotros somos tu Pueblo! (Isaías 64, 8)

  • Yo respondí: "¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven". (Jeremías 1, 6)

  • Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país. (Jeremías 1, 18)

  • ¡Que tu propia maldad te corrija y tus apostasías te sirvan de escarmiento! Reconoce, entonces, y mira qué cosa tan mala y amarga es abandonar al Señor, tu Dios, y dejar de temerme -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Jeremías 2, 19)

  • ¿Cómo puedes decir: "No me he contaminado, no he ido detrás de los Baales"? Mira tu conducta en el Valle, reconoce lo que has hecho. ¡Camella veloz, que va de un lado para otro! (Jeremías 2, 23)

  • Alza tus ojos a los montes desolados y mira: ¿dónde no has sido violada? Te sentabas a la espera junto a los caminos, como el árabe en el desierto; así has contaminado el país con tus prostituciones y tu maldad. (Jeremías 3, 2)

  • ¡Levanta los ojos, Jerusalén, y mira a los que llegan del Norte! ¿Dónde está el rebaño que se te había confiado, las ovejas que eran tu gloria? (Jeremías 13, 20)

  • Entonces dije: "¡Ah, Señor! Mira que los profetas les dicen: Ustedes no verán la espada ni pasarán hambre, porque yo les daré una paz duradera en este lugar". (Jeremías 14, 13)

  • Señor, acuérdate de mí, tómame en cuenta, y véngame de mis perseguidores; no dejes que me arrebaten, abusando de tu paciencia: mira que soporto injurias por tu causa. (Jeremías 15, 15)

  • Mira cómo me dicen: "¿Dónde está la palabra del Señor? ¡Que se cumpla!". (Jeremías 17, 15)

  • Así habla el Señor, el Dios de Israel: Ve a decir a Sedecías, rey de Judá: Así habla el Señor: Mira que yo voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él la incendiará. (Jeremías 34, 2)


“Lembre-se de que você tem no Céu não somente um pai, mas também uma Mãe”. São Padre Pio de Pietrelcina