Löydetty 121 Tulokset: Niño

  • Luego Jonatán entregó sus armas al niño y le dijo: "Ve y lleva esto a la ciudad". (I Samuel 20, 40)

  • Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado de ambos pies. Este era un niño de cinco años cuando llegó de Izreel la noticia de la muerte de Saúl y Jonatán. Su niñera lo tomó consigo y huyó; pero lo hizo con tanta precipitación, que el niño se cayó y quedó rengo. Su nombre era Meribaal. (II Samuel 4, 4)

  • No obstante, porque con esto has ultrajado gravemente al Señor, el niño que te ha nacido morirá sin remedio". (II Samuel 12, 14)

  • Y Natán se fue a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y él cayó gravemente enfermo. (II Samuel 12, 15)

  • David recurrió a Dios en favor del niño: ayunó rigurosamente, y cuando se retiraba por la noche, se acostaba en el suelo. (II Samuel 12, 16)

  • Al séptimo día, el niño murió. Los servidores de David no se atrevían a darle la noticia, porque se decían: "Si cuando el niño estaba vivo le hablábamos y no nos escuchaba, ¿cómo le vamos a decir que el niño está muerto? ¡Es capaz de hacer un disparate!". (II Samuel 12, 18)

  • Pero David advirtió que sus servidores hablaban sigilosamente entre ellos, y comprendió que el niño había muerto. Entonces les preguntó: "¿Ha muerto el niño?". Y ellos le dijeron: "Sí, está muerto". (II Samuel 12, 19)

  • Sus servidores le dijeron: "¿Qué modo de proceder es este? Cuando el niño estaba vivo, ayunabas y llorabas. ¡Y ahora que él ha muerto, te levantas y te poner a comer!". (II Samuel 12, 21)

  • Él respondió: "Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba, pensando: ‘¿Quién sabe? A lo mejor el Señor se apiada de mí y el niño se cura’. (II Samuel 12, 22)

  • y el rey ordenó: "Partan en dos al niño vivo, y entreguen una mitad a una y otra mitad a la otra". (I Reyes 3, 25)

  • Entonces la mujer cuyo hijo vivía se dirigió al rey, porque se le conmovieron las entrañas por su hijo, y exclamó: "¡Por favor, señor mío! ¡Denle a ella el niño vivo, no lo maten!". La otra, en cambio, decía: "¡No será ni para mí ni para ti! ¡Que lo dividan!". (I Reyes 3, 26)

  • Pero el rey tomó la palabra y dijo: "Entréguenle el niño vivo a la primera mujer, no lo maten: ¡ella es su madre!". (I Reyes 3, 27)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina