Löydetty 1480 Tulokset:

  • y para todos, la marcha bajo la nube y el paso del mar, fue un bautismo que los unió a Moisés. (I Corintios 10, 2)

  • Ante todo, porque he oído decir que cuando celebran sus asambleas, hay divisiones entre ustedes, y en parte lo creo. (I Corintios 11, 18)

  • Y si el oído dijera: «Ya que no soy ojo, no formo parte del cuerpo», ¿acaso dejaría de ser parte de él? (I Corintios 12, 16)

  • Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Y si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato? (I Corintios 12, 17)

  • Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte -grabado sobre piedras- fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor -aunque pasajero- de ese rostro, (II Corintios 3, 7)

  • y no como Moisés, que se cubría el rostro con un velo para impedir que los israelitas vieran el fin de un esplendor pasajero. (II Corintios 3, 13)

  • Sí, hasta el día de hoy aquel velo les cubre la inteligencia siempre que leen a Moisés. (II Corintios 3, 15)

  • sino sólo por lo que habían oído decir de mí: «El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes quería destruir». (Gálatas 1, 23)

  • Porque seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes. (Efesios 3, 2)

  • Solamente les pido que se comporten como dignos seguidores del Evangelio de Cristo. De esa manera, sea que yo vaya a verlos o que oiga hablar de ustedes estando ausente, sabré que perseveran en un mismo espíritu, luchando de común acuerdo y con un solo corazón por la fe del Evangelio, (Filipenses 1, 27)

  • Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con ustedes. (Filipenses 4, 9)

  • Para esto es necesario que ustedes permanezcan firmes y bien fundados en la fe, sin apartarse de la esperanza transmitida por la Buena Noticia que han oído y que fue predicada a todas las criaturas que están bajo el cielo y de la cual yo mismo, Pablo, fui constituido ministro. (Colosenses 1, 23)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina