Löydetty 36 Tulokset: Población

  • Pero, después de esto, David sintió remordimiento de haber hecho el recuento de la población, y dijo al Señor: "He pecado gravemente al obrar así. Dígnate ahora, Señor, borrar la falta de tu servidor, porque me he comportado como un necio". (II Samuel 24, 10)

  • Joaquím entregó al Faraón el oro y la plata, pero tuvo que imponer una contribución al país, para pagar la suma reclamada por el Faraón: él exigió de la población, según los recursos de cada uno, la plata y el oro que se debía entregar al faraón Necao. (II Reyes 23, 35)

  • Nebuzaradán, el comandante de la guardia, deportó a toda la población que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de los artesanos. (II Reyes 25, 11)

  • A la población que había quedado en el país, la que había dejado Nabucodonosor, rey de Babilonia, el rey le puso como gobernador a Godolías, hijo de Ajicám, hijo de Safán. (II Reyes 25, 22)

  • En cuanto a la población, la hizo salir de la ciudad y la obligó a trabajar con sierras, con picos de hierro y hachas. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego David y todo el ejército se volvieron a Jerusalén. (I Crónicas 20, 3)

  • y presentó a David las cifras del censo de la población: en todo Israel había 1.100.000 hombres aptos para el servicio militar, y en Judá, 470.000. (I Crónicas 21, 5)

  • Que la población de cada lugar ayude a todos los que queden de ese pueblo, en cualquier parte donde residan, proporcionándoles plata, oro, bienes y ganado, como así también otras ofrendas voluntarias para la Casa del Dios que está en Jerusalén". (Esdras 1, 4)

  • La ciudad era amplia en todo sentido y espaciosa, pero la población era poco numerosa y no se reconstruían las casas. (Nehemías 7, 4)

  • Estos se presentaron, y ella les dijo: "Escúchenme, por favor, jefes de la población de Betulia. Ustedes se equivocaron hoy ante el pueblo, al jurar solemnemente que entregarían la ciudad a nuestros enemigos, si el Señor no viene a ayudarnos en el término fijado. (Judit 8, 11)

  • Al cabo de ese tiempo, el rey ofreció un banquete de siete días, en el patio del jardín del palacio real, a toda la población que se encontraba en la ciudadela de Susa, desde el más grande al más pequeño. (Ester 1, 5)

  • Luego atacó a los amonitas, y allí encontró un fuerte ejército y una población numerosa cuyo jefe era Timoteo. (I Macabeos 5, 6)

  • A causa de esto, cundió el pánico en toda la población, y decían: "No hay en ellos verdad ni justicia, porque han violado el compromiso y el juramento que habían hecho". (I Macabeos 7, 18)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina