Löydetty 47 Tulokset: Rubén

  • Descendientes de Rubén, el primogénito de Israel. Rubén fue el primero en nacer, pero como profanó el lecho de su padre, su primogenitura fue entregada a los hijos de José, el hijo de Israel, y no fue inscrito en las genealogías como el primogénito. (I Crónicas 5, 1)

  • Los descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, fueron Henoc, Palú, Jesrón y Carmí. (I Crónicas 5, 3)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la mitad de la tribu de Manasés, eran muy valientes, llevaban escudo y espada y manejaban el arco. Los que estaban adiestrados para la guerra formaban un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres. (I Crónicas 5, 18)

  • A los hijos de Merarí, según sus familias, les tocaron en suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón. (I Crónicas 6, 48)

  • De la tribu de Rubén, en la otra parte del Jordán, frente a Jericó, al este del Jordán: Béser en el desierto, Iahsa, (I Crónicas 6, 63)

  • Hombres de la Transjordania, es decir, de Rubén, de Gad y de la mitad de la tribu de Manasés: 120.000, provistos de toda clase de armas de guerra. (I Crónicas 12, 38)

  • Los jefes que estaban al frente de las tribus de Israel fueron los siguientes: De Rubén: Eliezer, hijo de Zicrí. De Simeón: Sefatías, hijo de Maacá. (I Crónicas 27, 16)

  • Sobre la frontera de Efraím, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Rubén. (Ezequiel 48, 6)

  • Sobre la frontera de Rubén, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Judá. (Ezequiel 48, 7)

  • Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel. Habrá tres puertas al norte: la puerta de Rubén, la de Judá y la de Leví. (Ezequiel 48, 31)

  • Doce mil de la tribu de Judá, doce mil de la tribu de Rubén, doce mil de la tribu de Gad, (Apocalipsis 7, 5)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina