Löydetty 43 Tulokset: Salido

  • Por el contrario, llevaremos a cabo la promesa que ha salido de nuestra boca: quemaremos incienso a la Reina de los cielos y le haremos libaciones, como lo hacíamos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nos saciábamos de pan, éramos felices y no veíamos la desgracia. (Jeremías 44, 17)

  • De su rama ha salido un fuego que devoró sus ramas y sus frutos. Ya no hay en ella ninguna rama vigorosa, ningún cetro de soberanos. Esta es una lamentación, y se la canta como tal. (Ezequiel 19, 14)

  • Cuando el príncipe presente una ofrenda voluntaria, un holocausto o un sacrificio de comunión como ofrenda voluntaria al Señor, se le abrirá la puerta que mira hacia el este. Él ofrecerá su holocausto y sus sacrificios de comunión como lo hace el día sábado; luego saldrá, y la puerta se cerrará cuando haya salido. (Ezequiel 46, 12)

  • Entonces Daniel se dirigió con cautela y discreción a Arioc, capitán de guardias del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. (Daniel 2, 14)

  • Él me instruyó y me habló, diciendo: "Daniel, yo he salido para abrirte la inteligencia. (Daniel 9, 22)

  • Los extranjeros han devorado su vigor, y él no lo sabe. También le han salido canas, y él no lo sabe. (Oseas 7, 9)

  • ¡Toquen la trompeta, habitantes de Safir! ¿No ha salido avergonzada de su ciudad la población de Saanán? El lamento de Bet Esel los priva a ustedes de su apoyo. (Miqueas 1, 11)

  • De ti ha salido el que trama el mal contra el Señor, el que concibe planes siniestros. (Nahún 1, 11)

  • Has salido para salvar a tu pueblo, para salvar a tu Ungido; has abatido el techo de la casa del impío, has descubierto sus cimientos hasta la roca. Pausa (Habacuc 3, 13)

  • Él les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido». (Marcos 1, 38)

  • Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, preguntó: «¿Quién tocó mi manto?». (Marcos 5, 30)

  • Entonces él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija». (Marcos 7, 29)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina