Löydetty 275 Tulokset: Salomón

  • Así, en la vejez de Salomón, sus mujeres les desviaron el corazón hacia otros dioses, y su corazón ya no perteneció íntegramente al Señor, su Dios, como el de su padre David. (I Reyes 11, 4)

  • Salomón fue detrás de Astarté, la diosa de los sidonios, y detrás de Milcóm, el abominable ídolo de los amonitas. (I Reyes 11, 5)

  • Fue entonces cuando Salomón erigió, sobre la montaña que está al este de Jerusalén, un lugar alto dedicado a Quemós, el abominable ídolo de Moab, y a Milcóm, el ídolo de los amonitas. (I Reyes 11, 7)

  • El Señor se indignó contra Salomón, porque su corazón se había apartado de él, el Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces (I Reyes 11, 9)

  • y le había prohibido ir detrás de otros dioses. Pero Salomón no observó lo que le había mandado el Señor. (I Reyes 11, 10)

  • Entonces el Señor dijo a Salomón: "Porque has obrado así y no has observado mi alianza ni los preceptos que yo te prescribí, voy a arrancarte el reino y se lo daré a uno de tus servidores. (I Reyes 11, 11)

  • El Señor le suscitó a Salomón un adversario: Hadad, el edomita, de la estirpe real de Edóm. (I Reyes 11, 14)

  • Dios le suscitó además a Salomón otro adversario: Rezón, hijo de Eliadá. Él había huido de Hadadézer, rey de Sobá, su señor; (I Reyes 11, 23)

  • Jeroboám, hijo de Nebat, el efraimita, natural de Seredá -cuya madre, una viuda, se llamaba Seruá- estaba al servicio de Salomón y se sublevó contra él. (I Reyes 11, 26)

  • La ocasión en que se sublevó contra el rey fue la siguiente: Salomón estaba construyendo el Terraplén y cubría el desnivel que había en la Ciudad de David, su padre. (I Reyes 11, 27)

  • Jeroboám era un hombre de gran valía, y Salomón, al ver cómo el joven ejecutaba la obra, lo puso al frente de los servicios que debía prestar la casa de José. (I Reyes 11, 28)

  • Luego dijo a Jeroboám: "Toma para ti diez pedazos, porque así habla el Señor, el Dios de Israel: Yo voy a desgarrar el reino que Salomón tiene en su mano, y te daré las diez tribus. (I Reyes 11, 31)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina