Löydetty 227 Tulokset: Tribu

  • Luego dijo a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés: (Josué 1, 12)

  • Ahora elijan a doce hombres entre las tribus de Israel, uno por cada tribu. (Josué 3, 12)

  • "Elijan a doce hombres del pueblo, uno por cada tribu, (Josué 4, 2)

  • Entonces Josué llamó a los doce hombres que había hecho designar entre los israelitas, un hombre por cada tribu, (Josué 4, 4)

  • Delante de los israelitas cruzaron los rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés, equipados con sus armas, como lo había dispuesto Moisés. (Josué 4, 12)

  • Pero los israelitas cometieron una infidelidad con las cosas que debían ser consagradas al exterminio. En efecto, Acán -hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá- se reservó algunas de esas cosas, y la ira del Señor se encendió contra los israelitas. (Josué 7, 1)

  • Mañana por la mañana ustedes comparecerán por tribus; la tribu que el Señor señale por medio de la suerte comparecerá por clanes; el clan que el Señor señale comparecerá por familias; y la familia que el Señor señale, comparecerá hombre por hombre. (Josué 7, 14)

  • A la mañana siguiente, bien temprano, Josué hizo que Israel se fuera acercando tribu por tribu, y la suerte cayó sobre Judá. (Josué 7, 16)

  • Y Cuando hizo acercar a la familia de Zabdí, hombre por hombre, la suerte cayó sobre Acán, hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá. (Josué 7, 18)

  • Moisés, el servidor del Señor, y los israelitas habían derrotado a estos reyes, y Moisés había dado el territorio en propiedad a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés. (Josué 12, 6)

  • Sí, ya es hora de que repartas este país entre las nueve tribus y media, para que lo posean como herencia. Porque la mitad de la tribu de Manasés, (Josué 13, 7)

  • A la tribu de Leví, en cambio, Moisés no le asignó ninguna herencia: las ofrendas hechas al Señor, el Dios de Israel, son su herencia, como él mismo se lo había declarado. (Josué 13, 14)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina