Löydetty 172 Tulokset: adoración de ídolos

  • Al presentar sus dones, inmolando a sus hijos en el fuego, se están contaminando con todos sus ídolos hasta el día de hoy, ¿y yo me dejaré consultar por ustedes, casa de Israel? Juro por mi vida -oráculo del Señor- que no me dejaré consultar por ustedes. (Ezequiel 20, 31)

  • En cuanto a ustedes, casa de Israel, así habla el Señor: Que cada uno vaya a servir a sus ídolos, pero juro que después ustedes me escucharán y ya no profanarán más mi santo Nombre con sus ofrendas y sus ídolos. (Ezequiel 20, 39)

  • Porque el rey de Babilonia se ha detenido en la encrucijada, allí donde se bifurcan los caminos, para consultar los presagios: sacude las flechas, consulta a los ídolos y examina el hígado de las víctimas. (Ezequiel 21, 26)

  • Tú le dirás: Así habla el Señor: ¡Ay de la ciudad que derrama sangre en medio de ella para que llegue su hora, y se fabrica ídolos para contaminarse! (Ezequiel 22, 3)

  • Por la sangre que has derramado te has hecho culpable, y por los ídolos que fabricaste te has contaminado; has hecho que se acercara tu día y que llegara el término de tus años. Por eso te he convertido en el oprobio de las naciones y en la irrisión de todos los países. (Ezequiel 22, 4)

  • Ella ofreció sus prostituciones a lo mejor de los asirios y después de enamorarse perdidamente, se contaminó con todos sus ídolos. (Ezequiel 23, 7)

  • serán la causa de todo esto, porque te has prostituido yendo detrás de las naciones y te has contaminado con sus ídolos. (Ezequiel 23, 30)

  • porque han sido adúlteras y hay sangre en sus manos; han cometido adulterios con sus ídolos y les han ofrecido como alimento a mis hijos, los que ellas me habían engendrado, (Ezequiel 23, 37)

  • Y mientras inmolaban a sus hijos en honor de sus ídolos, entraban ese mismo día en mi Santuario para profanarlo. ¡Esto es lo que han hecho en medio de mi casa! (Ezequiel 23, 39)

  • Así habla el Señor: Haré desaparecer los ídolos y acabaré con los falsos dioses de Nof. No habrá más un príncipe en Egipto y haré cundir el terror en ese país. (Ezequiel 30, 13)

  • Por eso, diles: Así habla el Señor: Ustedes comen víctimas sin desangrar, levantan sus ojos a sus ídolos, derraman sangre, ¡y pretenden poseer el país! (Ezequiel 33, 25)

  • Entonces derramé mi furor sobre ellos, por la sangre que habían derramado sobre el país y por los ídolos con que lo habían contaminado. (Ezequiel 36, 18)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina