Löydetty 450 Tulokset: altar de Baal

  • Cuando murió Baal Janán, hijo de Acbor, lo sucedió Hadad; el nombre de su ciudad era Pau, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, que a su vez era hija de Mezahab. (Génesis 36, 39)

  • "Ordena a los israelitas que vuelvan atrás y acampen delante de Pihajirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal Sefón. Acampen a orillas del mar, frente al lugar indicado. (Exodo 14, 2)

  • Los egipcios los persiguieron con los caballos y los carros de guerra del Faraón, los conductores de los carros y todo su ejército; y los alcanzaron cuando estaban acampados junto al mar, cerca de Pihajirot, frente a Baal Sefón. (Exodo 14, 9)

  • Luego Moisés edificó un altar, al que llamó "El Señor es mi estandarte". (Exodo 17, 15)

  • Me harás un altar de tierra, y sobre él ofrecerás tus holocaustos y tus sacrificios de comunión, tus ovejas y tus bueyes. Vendré y te bendeciré en cualquier lugar donde yo haga que se recuerde mi Nombre. (Exodo 20, 24)

  • Si me edificas un altar de piedra, no lo harás con piedras talladas, porque al trabajarlas con el hierro, las profanarás. (Exodo 20, 25)

  • Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que no se vea tu desnudez. (Exodo 20, 26)

  • Pero si alguien tiene la osadía de matar alevosamente a su prójimo, hasta de mi altar deberás sacarlo para que muera. (Exodo 21, 14)

  • Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. (Exodo 24, 4)

  • Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. (Exodo 24, 6)

  • Luego harás el altar de madera de acacia; medirá dos metros y medio de largo por dos metros y medio de ancho -es decir, será cuadrado- y tendrá un metro y medio de alto. (Exodo 27, 1)

  • Luego pondrás el enrejado debajo de la parte saliente del altar, de manera que la red llegue desde abajo hasta la mitad del altar. (Exodo 27, 5)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina