Löydetty 180 Tulokset: alto

  • Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. (Salmos 104, 13)

  • que mi oración suba hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde. (Salmos 141, 2)

  • Extiende tu mano desde lo alto, y líbrame de las aguas caudalosas; sálvame del poder de los extranjeros, (Salmos 144, 7)

  • Una parte del ejército real se había alineado en lo alto de la montaña, y la otra en el valle. Todos avanzaban con paso seguro y en perfecto orden. (I Macabeos 6, 40)

  • Simón construyó sobre el sepulcro de su padre y de sus hermanos un mausoleo bien alto, de manera que pudiera verse, cubriéndolo por detrás y por delante con piedras pulidas. (I Macabeos 13, 27)

  • Dos mujeres fueron delatadas por haber circuncidado a sus hijos, y después de hacerlas pasear públicamente por la ciudad con sus niños colgados del pecho, las precipitaron desde lo alto de la muralla. (II Macabeos 6, 10)

  • A causa de esto, fue acusado ante Eupátor por los Amigos del rey, y a cada momento oía que lo llamaban traidor por haber abandonado Chipre, cuyo gobierno le había confiado Filométor, para pasarse a Antíoco Epífanes. Y al no poder desempeñar con honor tan alto cargo, se quitó la vida, envenenándose. (II Macabeos 10, 13)

  • Pero, por lo precipitado del ataque, no acertó el golpe, y como las tropas ya se abrían paso a través de las puertas, subió valerosamente a lo alto del muro y se arrojó con intrepidez sobre la multitud. (II Macabeos 14, 43)

  • cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando infundía poder a las fuentes del océano, (Proverbios 8, 28)

  • El buen juicio de un hombre aplaca su ira, y su gloria es pasar por alto una ofensa. (Proverbios 19, 11)

  • ¿Quién sabe si el aliento del hombre sube hacia lo alto, y si el aliento del animal baja a lo profundo de la tierra? (Eclesiastés 3, 21)

  • ¿Y quién habría conocido tu voluntad si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu? (Sabiduría 9, 17)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina