Löydetty 234 Tulokset: animales puros
Por eso, así habla el Señor: Yo traigo contra ti una espada, y extirparé de ti a hombres y animales. (Ezequiel 29, 8)
Haré perecer todo su ganado del borde de las aguas caudalosas: ya no las enturbiará el pie del hombre ni la pezuña de los animales. (Ezequiel 32, 13)
Multiplicaré sobre ustedes a hombres y animales, y ellos serán numerosos y fecundos. Haré que ustedes vuelvan a poblarse como en los tiempos antiguos y las haré más prósperas que al comienzo. Así sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 36, 11)
Se reservará una cabeza de ganado menor por cada rebaño de doscientos animales, entre los rebaños de Israel, para la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, como expiación en favor de ellos -oráculo del Señor-. (Ezequiel 45, 15)
él ha puesto en tus manos a los hombres, los animales del campo y las aves del cielo, cualquiera sea el lugar donde habitan, y te ha hecho dominar sobre todos ellos: por eso la cabeza de oro eres tú. (Daniel 2, 38)
Todas las fieras y animales, bendigan al Señor, ¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente! (Daniel 3, 81)
Su follaje era hermoso y su fruto abundante: había en él comida para todos. Debajo de él se guarecían los animales de los campos, y en sus ramas anidaban los pájaros del cielo; de él se alimentaban todos los vivientes. (Daniel 4, 9)
Él gritaba con fuerza y decía: ‘Derriben el árbol y corten sus ramas, arranquen sus hojas y dispersen sus frutos; que huyan los animales de debajo de él y los pájaros, de sus ramas. (Daniel 4, 11)
Pero dejen en la tierra el tronco con sus raíces, sujeto con cadenas de hierro y bronce, entre la hierba de los campos. Que sea empapado por el rocío del cielo y comparta con los animales la hierba de la tierra; (Daniel 4, 12)
que tenía un hermoso follaje y fruto abundante, en el que había alimentos para todos, bajo el cual habitaban los animales de los campos y en cuyas ramas anidaban los pájaros del cielo, (Daniel 4, 18)
El rey ha visto además a un Guardián, un Santo, que descendía del cielo y decía: "Derriben el árbol y destrúyanlo. Pero dejen en la tierra el tronco con sus raíces, sujeto con cadenas de hierro y bronce, entre la hierba de los campos. Que sea empapado por el rocío del cielo y que tenga su parte con los animales de los campos, hasta que pasen sobre él siete tiempos". (Daniel 4, 20)
Tú serás arrojado de entre los hombres, y convivirás con los animales de los campos; te alimentarás de hierba como los bueyes y serás empapado por el rocío del cielo; siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre la realeza de los hombres y que él la da a quien quiere. (Daniel 4, 22)