Löydetty 29 Tulokset: asedio de ai

  • Él hizo la paz con los habitantes de Betsur, que abandonaron la ciudad por carecer de víveres para resistir el asedio, ya que aquel era un año sabático para la tierra. (I Macabeos 6, 49)

  • Esta noticia lo enfureció y en seguida se puso en marcha y fue a Tolemaida. Al mismo tiempo, escribió a Jonatán, ordenándole suspender el asedio e ir lo antes posible a Tolemaida para entrevistarse con él. (I Macabeos 11, 22)

  • Cuando Jonatán se enteró de esto, ordenó continuar el asedio y decidió enfrentar él mismo el peligro: eligió un grupo de ancianos y sacerdotes de Israel, (I Macabeos 11, 23)

  • En dos torres muy bien fortificadas y abastecidas de todo lo necesario para resistir el asedio, se habían refugiado no menos de nueve mil hombres. (II Macabeos 10, 18)

  • Preocupado por preservar a su pueblo de la caída, fortificó la ciudad contra el asedio. (Eclesiástico 50, 4)

  • Una visión siniestra me ha sido revelada: el traidor traiciona, el devastador devasta. "¡Sube, Elám, al asedio, medos! Yo hago cesar todos los gemidos". (Isaías 21, 2)

  • ¡Recoge del suelo tu equipaje, tú que estás bajo el asedio! (Jeremías 10, 17)

  • Yo les haré comer la carne de sus hijos y de sus hijas, y se comerán unos a otros, bajo la presión del asedio a que los someterán sus enemigos y los que atentan contra su vida. (Jeremías 19, 9)

  • En cuanto a Sedecías, rey de Judá, y a sus jefes, los entregaré en manos de sus enemigos, en manos de los que atentan contra sus vidas, y en manos del ejército del rey de Babilonia, que acaba de levantar el asedio. (Jeremías 34, 21)

  • Además, las tropas del Faraón habían salido de Egipto, y los caldeos que sitiaban a Jerusalén, al oír la noticia, habían levantado el asedio. (Jeremías 37, 5)

  • La ciudad estuvo bajo el asedio hasta el año undécimo del rey Sedecías. (Jeremías 52, 5)

  • Luego la sitiarás: levantarás contra ella torres de asedio, harás terraplenes, instalarás campamentos y emplazarás a su alrededor máquinas de guerra. (Ezequiel 4, 2)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina