Löydetty 419 Tulokset: comida en el desierto

  • Luego siguieron avanzando y acamparon en Iyé Ha Abarím, en el desierto que está en el límite con Moab, hacia el oriente. (Números 21, 11)

  • Después continuaron avanzando y acamparon más allá del Arnón, en el desierto que se extiende desde el territorio de los amorreos, porque el Arnón sirve de frontera entre Moab y los amorreos. (Números 21, 13)

  • y de Bamot al valle que está en el campo de Moab, hacia la cima del Pisgá, dominando el desierto. (Números 21, 20)

  • Sijón no permitió que Israel pasara por su territorio, sino que reunió todas sus fuerzas y fue a combatir contra Israel en el desierto. Cuando llegó a Iahás, presentó batalla a Israel, (Números 21, 23)

  • Pero Balaam, al ver que el Señor se complacía en bendecir a Israel, no fue, como las otras veces, en busca de presagios, sino que volvió su rostro hacia el desierto. (Números 24, 1)

  • Entre estos no figuró ninguno de los que Moisés y el sacerdote Aarón habían registrado en el desierto del Sinaí. (Números 26, 64)

  • Porque el Señor había dicho acerca de ellos: "Morirán en el desierto". Ninguno de ellos sobrevivió, excepto Caleb, hijo de Iefuné, y Josué, hijo de Nun. (Números 26, 65)

  • "Nuestro padre murió en el desierto. Él no formó parte del grupo que se amotinó contra el Señor -el grupo de Coré- sino que murió por su propio pecado y no tuvo ningún hijo varón. (Números 27, 3)

  • Porque en el desierto de Cin, cuando la comunidad promovía una querella, ustedes se rebelaron contra la orden de manifestar mi santidad a los ojos de ellos por medio del agua". Se trata del agua de Meribá de Cades, en el desierto de Sin. (Números 27, 14)

  • Así se indignó el Señor contra Israel y los hizo andar errantes por el desierto, hasta que desapareció toda aquella generación que había desagradado al Señor. (Números 32, 13)

  • Si se apartan del Señor, él los dejará todavía en el desierto, y así ustedes causarán la ruina de todo este pueblo". (Números 32, 15)

  • Luego partieron de Sucot y acamparon en Etám, al borde del desierto. (Números 33, 6)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina