Löydetty 216 Tulokset: confesión de pecados

  • ya que nos impiden predicar a los paganos para que se salven. Así, constantemente están colmando la medida de sus pecados, pero la ira de Dios ha caído sobre ellos para siempre. (I Tesalonicenses 2, 16)

  • No te apresures a imponer las manos a nadie, y no te hagas cómplice de pecados ajenos. Consérvate puro. (I Timoteo 5, 22)

  • Los pecados de algunas personas son tan notorios que no necesitan ser llevados a juicio; los de otras, en cambio, sólo se descubren después. (I Timoteo 5, 24)

  • Así son los que se introducen en los hogares, seduciendo a mujeres frívolas y llenas de pecados, que se dejan arrastrar por toda clase de pasiones, (II Timoteo 3, 6)

  • Él es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. Él sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. (Hebreos 1, 3)

  • En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)

  • Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe. (Hebreos 4, 14)

  • Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. (Hebreos 5, 1)

  • Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por sus propios pecados. (Hebreos 5, 3)

  • Él no tiene necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. (Hebreos 7, 27)

  • Porque yo perdonaré sus iniquidades y no me acordaré más de sus pecados. (Hebreos 8, 12)

  • Por eso, Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a fin de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida. (Hebreos 9, 15)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina