Löydetty 53 Tulokset: desolación

  • Yo haré de Jerusalén un montón de escombros, una guarida de chacales, reduciré las ciudades de Judá a una desolación, sin ningún habitante. (Jeremías 9, 10)

  • ¡Oigan el rumor! ¡Ya llega! Un gran estruendo viene del país del Norte para hacer de las ciudades de Judá una desolación, una guarida de chacales. (Jeremías 10, 22)

  • la han convertido en una desolación, está de duelo, desolada delante de mí; todo el país está devastado, sin que nadie se lo tome a pecho. (Jeremías 12, 11)

  • yo mando a buscar todos los clanes del Norte -oráculo del Señor- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi servidor, y los hago venir contra este país, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de alrededor. Así los consagraré al exterminio total, y los convertiré en una desolación, en un motivo de estupor y en ruinas perpetuas. (Jeremías 25, 9)

  • Entonces se derramaron mi ira y mi furor, y abrasaron las ciudades de Judá y las calles de Jerusalén, que se han convertido en ruina y desolación, como sucede en el día de hoy. (Jeremías 44, 6)

  • Traigan sal para Moab, porque será completamente destruido; sus ciudades serán una desolación, donde nadie habita. (Jeremías 48, 9)

  • El clamor de Jesbón llega hasta Elealé; alzan la voz hasta Iahás, desde Soar hasta Joronaim y Eglat Selisiá. Porque hasta las aguas de Nimrim son una desolación. (Jeremías 48, 34)

  • Jasor será una guarida de chacales, una desolación para siempre; allí no habitará ningún hombre, no residirá ningún ser humano. (Jeremías 49, 33)

  • A causa de la irritación del Señor, no será más habitada, toda ella será una desolación. El que pase por Babilonia quedará pasmado y silbará de estupor al ver todas sus heridas. (Jeremías 50, 13)

  • No se extraerá de ti ni piedra angular ni piedra de fundación, porque serás una desolación eterna -oráculo del Señor-. (Jeremías 51, 26)

  • Luego dirás: ‘Señor, tú has dicho de este lugar que sería destruido, de manera que no quedaría en él ningún habitante, ni hombre ni animal, sino que sería una desolación perpetua’. (Jeremías 51, 62)

  • Él envió un fuego desde lo alto, lo hizo bajar hasta mis huesos. Tendió una red a mis pies, me hizo retroceder. Me convirtió en una desolación, estoy siempre dolorida. (Lamentaciones 1, 13)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina