Löydetty 370 Tulokset: ejército de madián

  • El año ciento cuarenta y nueve, los hombres de Judas se enteraron de que Antíoco Eupátor avanzaba contra Judea con un ejército numeroso, (II Macabeos 13, 1)

  • y que con él venía Lisias, su tutor y encargado de los asuntos de Estado. Ambos conducían un ejército griego de ciento diez mil soldados, cinco mil trescientos jinetes, veintidós elefantes y trescientos carros armados de cuchillas. (II Macabeos 13, 2)

  • Después de reunirse en particular con los Ancianos, resolvió no esperar que el ejército del rey invadiera Judea y se adueñara de la ciudad, sino ponerse en marcha para decidir la situación con la ayuda de Dios. (II Macabeos 13, 13)

  • Y dando a sus hombres este santo y seña: "Victoria de Dios", atacó durante la noche con los jóvenes más aguerridos el campamento del rey. Así dio muerte a unos dos mil hombres del ejército y al más grande de los elefantes con su conductor. (II Macabeos 13, 15)

  • Finalmente, sembrando el pánico y la confusión en el ejército, se retiraron victoriosos. (II Macabeos 13, 16)

  • pero Rodoco, un hombre del ejército judío, revelaba los secretos al enemigo. Por eso fue buscado, detenido y ejecutado. (II Macabeos 13, 21)

  • Al cabo de tres años, Judas y sus hombres recibieron la noticia de que Demetrio, el hijo de Seleuco, había atracado en el puerto de Trípoli con un poderoso ejército y una flota, (II Macabeos 14, 1)

  • Todos aguardaban el desenlace inminente. Los enemigos ya se habían concentrado y el ejército se había alineado en orden de batalla; los elefantes estaban situados en lugares estratégicos y la caballería se había ubicado en los flancos. (II Macabeos 15, 20)

  • Él hizo su invocación con estas palabras: "Tú, gran Señor, enviaste a tú ángel a Ezequías, rey de Judá, y él exterminó a ciento ochenta y cinco mil hombres del ejército de Senaquerib. (II Macabeos 15, 22)

  • Pero aun a ellos, por ser hombres, los trataste con indulgencia, y enviaste avispas como precursores de tu ejército, para que los exterminaran gradualmente. (Sabiduría 12, 8)

  • El Señor pasa revista al ejército de los cielos, ¡cuánto más a los hombres, que son tierra y ceniza! (Eclesiástico 17, 32)

  • Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. (Isaías 9, 3)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina